Coordenadas

La tentación de que siga AMLO

No se trata de que el presidente quiera permanecer en su puesto después del sexenio, sino de la tentación de querer seguir siendo líder de su movimiento.

Si vio el título de esta columna y se asustó, quédese tranquilo… por el momento.

No me refiero a la tentación de que el presidente de la República quiera seguir en su puesto después de concluido el sexenio. Me refiero a la tentación de querer seguir siendo líder de su movimiento.

Bertha Luján, colaboradora de muchos años de AMLO, hoy es presidenta del Consejo Nacional de Morena, y fue entrevistada por René Delgado para su programa ‘Entredichos’, en El Financiero Bloomberg TV.

Allí expresó que le pide a López Obrador que reconsidere su decisión de retirarse de la política al término de su sexenio.

Por mucho tiempo, el presidente de la República ha señalado que habrá de retirarse a su rancho de Palenque –usted ya sabe cómo se llama– y que ya no intervendrá para nada en la política nacional.

Luján señaló que lo mejor es que López Obrador siga en la política, pues es un factor de unidad en Morena.

“El movimiento de transformación del país lo necesita, es un factor de unidad, de decencia, de honestidad, y sería muy duro para el país, para la gente, para nosotros, el que se retirara de la política”, dijo la dirigente partidista.

Que AMLO siga en la política tiene muy profundas implicaciones para el futuro del país.

No existe en Morena ningún personaje que tenga la influencia en la gente y en la estructura de su movimiento como la tiene el presidente de la República.

Si realmente se retirara de la política dejaría a quien lo fuera a suceder, de Morena o de otro partido, un espacio amplio para ejercer el poder.

Si él permanece activo en la política nacional, va a acotar el margen de acción del siguiente presidente o presidenta.

Es más preocupante la idea expresada por Luján en el caso de que algún candidato o candidata de Morena gane la siguiente elección presidencial.

Fuera Sheinbaum o Ebrard, mucho más aún si fuera Adán Augusto López, gobernarían con una sombra atrás.

Y en el caso de que ganara un candidato opositor, estaría constreñido a lo que le dejara hacer López Obrador.

Algunos nunca creímos que realmente López Obrador habría de retirarse de la política.

Creo que, por su temperamento y trayectoria, él no se va a jubilar nunca.

Salió del PRI y se sumó al PRD; le falló el PRD y se encargó de desfondarlo y construir un partido propio, que existe en buena medida por él.

Si Bertha Luján ya expresó públicamente el deseo de que siga como una especie de ‘líder moral’, lo más probable es que haya múltiples círculos de Morena que así lo piensen.

Es también una cuestión de sobrevivencia para el partido y sus dirigentes.

Saben que aun si ganaran la elección presidencial, sin López Obrador se debilita el adhesivo de Morena y surge la posibilidad de la fragmentación y por ello mismo de la pérdida del poder.

Ese horizonte también complica las cosas para la economía y la inversión privada en el futuro.

Conozco a muchas empresas que confían en que, así ganara Morena la elección presidencial de 2024, con otra persona en la presidencia, las cosas serían muy diferentes.

Con López Obrador activo, la probabilidad de tener políticas diferentes a las instrumentadas en este sexenio en ámbitos como el de la energía, la salud o la educación, solo por citar algunas, tendería a cero.

La permanencia de López Obrador en la política puede modificar la historia futura del país.

De esa magnitud pueden ser las consecuencias de ello.

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