El próximo año será verdaderamente desafiante para todas las empresas, pero sobre todo para las más pequeñas.
Habrá una combinación de incrementos de costos al mismo tiempo que un freno en la expansión de los mercados derivado de un menor crecimiento económico.
Los mayores costos tienen que ver con los siguientes elementos: la persistencia de la inflación en las materias primas e insumos; el incremento previsto de los salarios contractuales y del salario mínimo; el incremento de los días de vacaciones obligatorias; el comienzo del proceso de alza de la contribución patronal a las Afores; los mayores costos financieros derivados del alza de las tasas de interés.
Del comportamiento previsto del mercado interno hablaremos en otro momento. Por lo pronto veamos con más detalle lo que significan las alzas de costos que referimos.
1.- La inflación para los productores. Al hablar del proceso inflacionario, casi siempre enfocamos la problemática de los consumidores, pero pocas veces se atiende la de productores o distribuidores. De acuerdo con el INEGI, el Índice Nacional de Precios al Productor creció en 8.6 por ciento en septiembre contra un 7.2 del mismo mes del año pasado y 3.8 de septiembre de 2020. La reducción que se visualiza para 2023 será muy gradual, por lo que las empresas van a padecer estas alzas casi todo el año.
2.- El incremento salarial. Aún no se define el incremento que habrá en el salario mínimo para el 2023. El sector patronal ha manejado que podría ser de un 15 por ciento, pero en otros ámbitos se manejan porcentajes hasta del 25 por ciento. Un alza de esta magnitud (25 por ciento) implicaría un incremento acumulado de 144.5 por ciento de diciembre de 2018 a enero de 2023. Son las pequeñas empresas las que tienen un mayor número de trabajadores con el mínimo, por lo que serían las más afectadas. En el caso del salario contractual con el que se cotiza al IMSS, el incremento es de 35.6 por ciento en el mismo periodo. Hay que subrayar que es positivo que los trabajadores ganen más, pero eso no quita que sean mayores costos para las empresas.
3.- La duplicación de las vacaciones. Si no hay sorpresas, esta semana avanzará la modificación a ley que aumentará de 6 a 12 días el número de vacaciones obligatorias para los trabajadores, para aumentar dos días por cada año de antigüedad. Igualmente, es un hecho positivo que permitirá a México acercarse a otros países, pero no dejará de tener un impacto en costos laborales, de entrada, en alrededor de 2 por ciento en el primer año.
4.- Las mayores cuotas patronales a las Afores. Desde el próximo año y hasta el 2030, las cuotas patronales con las que se contribuye a las Afores, aumentarán desde el 3.15 actual hasta el 11.875 por ciento en el 2030. Esto implica un aumento aproximado de un punto porcentual por año, que es el costo adicional que las empresas tendrán que erogar. El impacto en costos dependerá de la proporción del costo laboral en los costos totales.
5.- Los mayores costos financieros. Aunque hay una gran cantidad de empresas que no usan crédito bancario, para quienes sí lo usan, habrá un sensible incremento de los costos. En este año, la llamada TIIE a 28 días, que se usa como referencia en múltiples créditos bancarios, pasó de 5.71 por ciento al término de diciembre de 2021 a 9.56 por ciento a la fecha. Es decir, por ejemplo, en un crédito de 100 mil pesos, el pago a escala anual con la tasa del cierre del año pasado era de 5 mil 710 pesos de interés por año. Con la tasa actual, es de 9 mil 560. El incremento es de 67 por ciento.
Seguramente estoy dejando otros factores que también pueden incidir en los costos de las empresas el próximo año, pero los enumerados son algunos de los que son más generalizados e inevitables.
Muchas pequeñas empresas, que son el grueso de las firmas mexicanas, no podrán repercutir en los precios finales los incrementos de sus costos, por lo que será el propio empresario el que deba absorber los costos.
Ojalá que esta circunstancia no vaya a empujar a más empresas a la informalidad, pues de esa manera perderíamos todos en el mediano plazo, trabajadores, gobierno, consumidores y las propias empresas.