Coordenadas

El dilema del Banxico

En 2023 comenzarán los dilemas y quizás haya que detener el incremento de las tasas más pronto que la Reserva Federal.

Se cumplieron los pronósticos.

Ayer, el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal tomó la decisión de incrementar en tres cuartos de punto porcentual sus tasas de interés.

Con ello se llega a un nivel de 4 por ciento tras un ciclo alcista que comenzó en marzo.

Con esta determinación, lo más probable es que el próximo día 10, el Banco de México siga la ruta marcada por la Fed y suba las tasas en la misma medida.

Con ello el nivel de las tasas de referencia en México llegará a 10 por ciento.

Aunque la dirección y la proporción de los útimos movimientos de las tasas en los dos países son similares, la realidad es que las políticas monetarias tienen implicaciones diferentes.

En Estados Unidos el nivel actual de las tasas se encuentra muy por abajo de la inflación.

Los precios al consumidor en EU están creciendo en 8.2 por ciento, de modo que las tasas, aun con el incremento de ayer, se encuentran más de 4 puntos por debajo de la inflación, es decir, son negativas en términos reales.

Esto es un incentivo para el consumo.

Por esa razón, es necesario que la Reserva Federal siga incrementando los niveles de las tasas por un lapso prolongado.

Si, como señalan los pronósticos, vienen próximos incrementos de medio punto porcentual en las siguientes decisiones, sería necesario aún una serie de 8 incrementos para llegar al nivel de la inflación... o tal vez 5 o 6 si se asume que la inflación bajará gradualmente en los siguientes meses.

En el caso de México, ya existe en este momento un nivel de tasas que se encuentra por arriba de la inflación.

Es decir, los ahorradores e inversionistas ya reciben tasas reales positivas.

Si se cumplen los pronósticos de los expertos y este año terminamos con una inflación de 8.5 por ciento, la tasa real que se pagaría en nuestro país sería de 1.8 por ciento si siguieran este año dos incrementos, uno de 0.75 puntos y otro de 0.5 por ciento.

Es natural que un mercado como el mexicano deba pagar tasas por encima de lo que ofrece el mercado norteamericano.

Sin embargo, en el curso del próximo año seguramente se va a intensificar la discusión respecto a cuál es el nivel apropiado que deben tener las tasas en nuestro país dado que si la inflación no sube más pero las tasas sí, sus niveles reales van a ser ya notoriamente elevados.

Más aún, si no vemos solamente el nivel real en cada mercado sino el rendimiento nominal en dólares, entonces las tasas de interés en México más que duplican lo que se ofrece en Estados Unidos. Incluso más si se observa que nuestro peso se ha apreciado frente al dólar.

Eso podría decirnos que quizás pronto pudiéramos llegar al techo de las tasas.

Pero, un factor en contra que hace previsible que todavía tengamos varias alzas el próximo año es el nivel de expansión que tiene la economía.

Para compararnos correctamente, si midiéramos el crecimiento como lo hacen los norteamericanos, en el tercer trimestre habríamos tenido un 4.0 por ciento frente al 2. 6 por ciento que tuvo Estados Unidos.

Adicionalmente, mientras que en la economía norteamericana empiezan a observarse algunos indicios de freno, en la economía mexicana, aún no hay esas señales.

Por esa razón se puede contar con una mayor libertad para ajustar todavía hacia arriba el nivel de tasas sin afectar negativamente a la actividad económica.

El Banco de México no ha tenido dilemas. La decisión unánime y clara ha sido acompañar a la Fed en la decisión de incrementar las tasas.

No sé si siga la unanimidad o Gerardo Esquivel el próximo 10 de noviembre se vaya a separar de los otros intergrantes de la Junta de Gobierno, pero probablemente este año Banxico marche al unísono de la Reserva Federal.

Pero, en 2023 comenzarán los dilemas y quizás haya que detener el incremento de las tasas más pronto que la Reserva Federal.

Ya veremos.

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