Si alguien le hubiera dicho hace unos cuantos meses que en los primeros días del año veríamos un tipo de cambio frente al dólar por debajo de los 19 pesos, lo hubiera tildado de loco.
Todavía en octubre pasado, Moody’s Analytics advertía que era inminente de una devaluación del peso frente al dólar, que podría ser del orden de 20 por ciento y que sucedería en la última parte del 2022 o en el 2023.
Pues no solo no ocurrió, sino que se ha presentado una apreciación notable del peso frente a la moneda norteamericana.
¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué se rompió ya el piso de los 19 pesos? ¿Hasta dónde puede bajar la cotización?
La demanda de pesos en los mercados ha crecido en las últimas semanas ante la expectativa de una política monetaria restrictiva.
La Junta de Gobierno del Banxico adelantó en el comunicado de su reunión de diciembre que es altamente probable que en la siguiente reunión que se realizará el 9 de febrero volverá a incrementar sus tasas de interés.
Una tasa objetivo de 10.75 por ciento para el mes de febrero al mismo tiempo que una inflación que se estima que podría estar en niveles de 7.5 por ciento, es un esquema muy atractivo.
Pero incluso, para los grandes inversionistas a nivel global, los rendimientos tan elevados que se ofrecen en nuestro país se han convertido en un atractivo extraordinario.
Es obvio que una revaluación del peso mexicano iba a ser aprovechada por la 4T para señalar que es un síntoma del buen desempeño de la economía mexicana.
Por ejemplo, la jefa de Gobierno de la CDMX puso en Twitter el siguiente mensaje:
“Hay algunos que sufren con las buenas noticias para México, pero con @lopezobrador no solo la economía está mejor, también el peso es de las mejores monedas en el mundo”.
Lo que le faltó decir es que la mayor parte del mérito del buen desempeño de nuestra moneda corresponde al Banco de México.
Es la política de mantener un diferencial suficientemente atractivo respecto a las tasas en Estados Unidos, lo que es el principal atractivo para el capital externo que ha mantenido la cotización en los niveles que ahora vemos.
Y, sería mezquino ignorar que la política fiscal del gobierno, que ha mantenido la disciplina de las finanzas públicas, también ha contado para la estabilidad cambiaria.
Pero, una cosa es el tipo de cambio robusto que tenemos y otra muy diferente que la economía esté mejor.
De hecho, en las comparaciones internacionales, el nivel que tuvo el PIB en México al cierre del 2022 estuvo entre los más bajos a nivel global si se compara con lo que se tenían en el 2018.
El crecimiento del PIB al cierre del 2022 va a estar incluso por arriba de lo estimado por la mayoría de los expertos. Pero eso no será suficiente para que la actividad económica vaya a rebasar los niveles previos a la pandemia.
Eso apenas va a suceder en el curso de este año.
Regresando al tema del dólar, muchas personas nos han preguntado si es buen momento para comprar dólares.
Puede serlo. Todavía es factible que el tipo de cambio baje un poco más. Pero en el mediano plazo, la tendencia será claramente alcista.
Es poco probable que haya una paridad por debajo de los 19 pesos al término de los siguientes seis meses.
Pero, tome en cuenta que estamos hablando de probabilidades, no de certezas.
Como le hemos dicho en múltiples ocasiones, el entorno global es demasiado incierto y sigue sujeto a factores que no podemos anticipar con plena certeza.
Por lo pronto, tenemos un tipo de cambio sorprendentemente robusto, pero una economía que sigue estando sumamente frágil.