El Banco de México se llenó de ‘halcones’, integrantes de la Junta de Gobierno que tienen claro que tienen que ir contra la inflación.
Eso da una enorme tranquilidad a la perspectiva financiera del país.
Hay una narrativa que se empezó a contar desde el cambio del anterior gobernador y el nombramiento de Victoria Rodríguez Ceja como gobernadora.
Se decía que la llegada de una persona que tenía una trayectoria limitada en el manejo de los mercados financieros y era cercana al gobierno iba a conducir a que, a la vuelta del tiempo, el Banxico perdiera independencia y adoptara decisiones en el interés del gobierno federal.
En más de una ocasión, el presidente López Obrador señaló en las conferencias mañaneras que las determinaciones del Banxico con relación a las tasas de interés debieran tomar en cuenta la actividad económica y no aumentar las tasas.
Y, si, presuntamente, estaba al frente de la institución una persona cuya carrera profesional estuvo vinculada a puestos del gobierno central en la 4T, se presumía que iba a responder a los deseos del presidente de la República.
Más aún, con el reciente reemplazo de Gerardo Esquivel y la llegada de Omar Mejía, se consideraba que el nuevo subgobernador, ante su falta de experiencia estaría muy cercano a la gobernadora, como para tratar de construir una mayoría proclive al gobierno.
Esa narrativa no resultó cierta.
La visión de la actual Junta de Gobierno del Banxico está resultando completamente uniforme, ortodoxa y claramente orientada a la responsabilidad constitucional del Banco Central en México, que es controlar la inflación.
Si existía alguna duda de esta Junta de Gobierno, la decisión de ayer la evaporó.
En un contexto en el que los órganos autónomos están bajo fuego, es tranquilizante para el país saber que se cuenta con un Banco Central dedicado a su misión constitucional, y con la capacidad de resistir presiones.
Hay muchos que creen que el Banxico debería estar considerando el crecimiento de la economía.
El Banxico, delo por hecho, considerará el crecimiento económico en función del efecto que tiene sobre la inflación.
Su tema no es ni la generación de empleo ni la tasa de crecimiento del PIB.
Nuestro sistema así está diseñado. Y es de lo que mejor ha funcionado en el país en el curso de los últimos años.
Por lo mismo, el Banxico, pese al ajuste superior a lo estimado por el consenso, no ha cerrado la puerta a nuevos incrementos.
Si la inflación no baja lo suficiente, dé por hecho que el 30 de marzo veremos un nuevo incremento de las tasas.
Pronósticos
El pasado 2 de febrero escribimos lo siguiente:
“Hoy está (la tasa de referencia) en 10.50 por ciento y por lo menos habrá de subir a 10.75 por ciento el próximo 9 de febrero.
Pero, no sería imposible que aumentara hasta 11 por ciento en caso de que el dato de inflación de enero, que se da a conocer ese día por parte del INEGI, tuviera un incremento superior a lo previsto”.
Luego dicen que nadie consideró siquiera la probabilidad de que la tasa aumentara medio punto.