Coordenadas

¿Seguirá ‘fortachón’ el peso?

Alzas agresivas de las tasas por parte de la Fed pueden inducir a un dólar fuerte y una caída de la paridad de otras monedas, incluido el peso.

Pues nuevamente ha regresado a escena el llamado “peso fortachón”.

Resulta que ayer estuvimos en niveles que no se veían desde el 2018.

Esto ocurrió pese a que el resultado de la inflación en Estados Unidos indicó que lo más probable es que se mantenga la tendencia alcista en las tasas de interés.

Ayer por la tarde nuestro peso estaba ligeramente por arriba de los 18.50 por dólar.

Cuando el tipo de cambio baja a estos niveles siempre surge la pregunta respecto a su probable comportamiento para el futuro.

Y, así como ayer le comentaba respecto al fracaso de los expertos para anticipar el nivel del PIB y de la inflación, también vale lo mismo para el tipo de cambio.

La mayoría de los pronósticos han sido fallidos.

El entorno internacional que en gran medida determina la cotización de nuestro peso frente al dólar, enfrenta enorme incertidumbre.

El factor más importante es el curso de la política monetaria de Estados Unidos.

Alzas agresivas de las tasas pueden inducir a un dólar fuerte y una caída de la paridad de otras monedas, incluido el peso.

Y, ¿qué influencia tienen en la cotización del peso los factores domésticos?

Los más radicales partidarios de la 4T inmediatamente asumen que es la buena política económica la que ha conducido a un peso tan fuerte.

El problema es que cuando se mezcla la ideología con la economía, tenemos un cocktail muy riesgoso.

La razón es que las creencias ideológicas, alejadas de las evidencias, pueden conducir a conclusiones falaces, de las que, además, pueden desprenderse decisiones equivocadas.

En el caso del tipo de cambio, si bien la política fiscal de AMLO, así como las decisiones del Banxico han contribuido a mantener un tipo de cambio fuerte, eso nada tiene que ver intrínsecamente con la fortaleza económica del país.

Y, lo que puede ocurrir en el mediano plazo, tampoco estará asociado a la perspectiva económica de México.

No hay manera de que, al final del presente año, tengamos un tipo de cambio que esté por debajo de los 19 pesos.

Es claro que la situación de las finanzas públicas cada vez más presionadas, así como el freno económico que habrá de producirse en Estados Unidos, producirán probablemente presiones sobre el tipo de cambio.

Además, la política de tasas altas del Banxico no va a ser eterna y en algún momento habrá de producirse una reducción de las tasas que va a afectar al tipo de cambio.

Pudiera ser que hasta el último trimestre, unos siete u ocho meses hacia adelante, tengamos tasas que suban o al menos que no bajen.

A partir de entonces va a ser complicado mantener esa tendencia.

Así que, al construir las perspectivas del tipo de cambio para este año, es inevitable considerar la posibilidad de que haya una depreciación importante antes de que termine el año.

Lo que nos dice la historia es que cada vez que tratamos de construir el escenario de un ajuste suave, nos enfrentamos a un mercado que frecuentemente amplifica el impacto de las variables financieras.

Así que, le reitero, no hay manera de saber cómo va a comportarse el tipo de cambio, pero también es claro que en un horizonte de varios meses hacia delante, es más probable que la paridad vaya hacia arriba que hacia abajo.

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