Coordenadas

El dólar en la ‘montaña rusa’

Hay que diferenciar la situación actual de la que ocurrió en 2008, pues no hay punto de comparación como para esperar un derrumbe financiero como el que se vivió entonces.

¿Se podrá contener la ansiedad que hoy existe en los mercados financieros?

El día de ayer, las bolsas, tanto en Europa como en Estados Unidos, se vinieron para abajo.

En Europa, las caídas fueron del orden de 4 por ciento ante los temores por la situación del Credit Suisse.

A diferencia del Silicon Valley Bank (SVB), la dimensión del banco suizo sí implica una amenaza de mayor magnitud al sistema financiero, pues maneja activos por alrededor de 775 mil millones de dólares.

No va a ser factible contener la inquietud de manera completa mientras persista la posibilidad de que las tasas de interés continúen al alza... y esto no va a desaparecer hasta el momento en el cual sea evidente que la inflación ha sido contenida.

Los fondeos de emergencia, como los que ha ofrecido el gobierno suizo, mitigan pero no eliminan el riesgo.

En este contexto, tampoco se debe descartar que surja alguna nueva quiebra bancaria en Estados Unidos.

Sin embargo, hay que diferenciar la situación que estamos viviendo de la que ocurrió en el año 2008, pues algunos analistas han comenzado a comparar circunstancias y a advertir respecto a la posibilidad de que pudiéramos tener un derrumbe financiero como el que se vivió entonces.

Creo que no hay punto de comparación.

En el año 2008 ya teníamos un tiempo largo en el que se estaba viviendo un proceso especulativo mediante el cual las hipotecas de muy baja calidad, prácticamente impagables, se habían empaquetado en instrumentos que presuntamente eran de bajo riesgo.

Los sintéticos que se crearon entonces generaron una situación en la cual teníamos una pradera seca que sólo necesitaba una chispa para incendiarse.

Hoy no tenemos una circunstancia parecida, aunque sí una condición en la cual las deudas públicas en muchos países han crecido de manera significativa.

Pero la diferencia respecto a la condición de 2008 es que no se percibe que se pueda producir una reacción en cadena en todo el sistema.

Esto no significa que el ambiente financiero se vaya a tranquilizar.

El escenario más probable para los siguientes meses es que tengamos episodios recurrentes de inestabilidad, es decir, etapas en las cuales tengamos tensión y ansiedad como los que hemos vivido en los últimos días, seguidos otros de mayor tranquilidad en los que pareciera que la calma retorna a los mercados.

En México, a diferencia de otros países, el mayor riesgo no se encuentra en la banca.

La mayor parte de los bancos están en una condición financiera sólida derivada de exigencias regulatorias que se han aplicado desde tiempo atrás y luego de un manejo bastante prudente de los créditos.

Pareciera que tampoco tenemos instituciones que enfrenten una circunstancia parecida a la del SVB, con caídas de valor de los bonos en los que produzcan problemas serios de liquidez.

Pero, hay ahora muy diversas instituciones no bancarias en el sistema que podrían estar más comprometidas.

La vigilancia de la autoridad tendrá que ser especialmente cuidadosa con dichas empresas, algunas de ellas han surgido hace pocos años.

No obstante, el ámbito en el que vamos a observar la inestabilidad en mayor grado es en el tipo de cambio.

En los días recientes hemos visto fluctuaciones a las que ya no estábamos acostumbrados y en muy pocas jornadas nuestra moneda pasó de niveles por abajo de los 18 pesos a otros arriba de los 19.

Ayer por la tarde estábamos cerca de los 19 pesos, con una depreciación cercana al 5 por ciento desde el pasado 3 de marzo.

Sin embargo, por lo pronto no se ven condiciones para que la paridad se vaya para arriba sin control y nos recuerde aquellos días de 2020 en los que el dólar se cotizó cerca de 24 pesos.

Estamos lejos de esa circunstancia, pero sí nos encontramos en un entorno en el que tendremos altibajos que van a seguir causando nerviosismo.

No hay que caer en pánico.

No estamos al borde de una nueva crisis financiera como la de 2008, pero nos esperan todavía meses de gran ansiedad financiera, con un dólar que seguirá en la ‘montaña rusa’.

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