Coordenadas

La dudosa previsión de Hacienda

Hacienda estima que no habrá recesión en EU y que el crecimiento de la economía de nuestro vecino será de 1.2%, aunque la Fed estime apenas una cifra de 0.4%.

El viernes pasado, la Secretaría de Hacienda entregó al Congreso su expectativa respecto a la economía en 2024 y al mismo tiempo revisó algunos datos a propósito de cómo ve la perspectiva para el cierre de 2023.

En el documento que se envía año con año y se denomina “Pre-Criterios de Política Económica para 2024″, se va perfilando el escenario económico, tanto de este año como del siguiente.

Muchos esperaban que para 2023, Hacienda ajustaría a la baja la expectativa de crecimiento, que fijó en 3 por ciento en el Presupuesto que fue aprobado por el Congreso en noviembre pasado.

No ocurrió así a pesar de que el consenso de los expertos marca en este momento una previsión de 1.4 por ciento.

Hacienda no solo mantuvo su expectativa del 3 por ciento, sino que además estableció que para 2024 el ritmo de crecimiento de la economía volverá a ser similar, también por arriba de las previsiones.

A lo largo del viernes y el fin de semana se generaron diversas críticas a propósito de una expectativa que muchos visualizan como inalcanzable.

La razón es que Hacienda ve en sus escenarios que no habrá recesión en Estados Unidos y estima que el crecimiento de la economía de nuestro vecino será de 1.2 por ciento este año, aunque la Reserva Federal estime apenas una cifra de 0.4 por ciento.

Uno de los factores que Hacienda ha puesto sobre la mesa desde hace ya algún tiempo para ser más optimista que el promedio en lo que toca a sus previsiones de crecimiento, es que tendremos un efecto positivo por el proceso de la relocalización industrial, el llamado nearshoring.

Sobre esta base es que la SHCP calcula un crecimiento que hoy prácticamente nadie está viendo.

Algunos piensan que hay suficientes elementos en la economía mexicana para atraer volúmenes de inversión extranjera que van a permitir que la economía crezca más que en otros años y que se rebase la expectativa del consenso.

Pero, también hay otras perspectivas que señalan que esto se logrará solamente que haya incentivos específicos y una política proactiva para atraer inversión, lo que supone que cambien las reglas en materia de energía eléctrica, inversión en infraestructura y desarrollo de mano de obra calificada. Sólo en ese caso podemos realmente aprovechar todo el impacto positivo que podría traer consigo el proceso de nearshoring.

¿Cuál será la realidad para los próximos meses?

Como casi siempre ocurre, me parece que estará en un punto medio.

Muchos inversionistas, a la hora de decidir, pudieran minimizar las desventajas que pueden existir en México.

Pero, habrá otros que sí valoren con sumo cuidado las condiciones con las que se van a encontrar cuando realicen sus inversiones en nuestro país y probablemente, si no cambian algunas circunstancias, tomen la decisión de no invertir aquí.

Una primera llamada de alerta se presentó en la encuesta realizada por la American Chamber of China, entre empresarios.

El resultado es que se ve como la primera opción de las empresas que operan en China y piensan relocalizar sus operaciones, el regreso a Estados Unidos; en segundo lugar, otros países de Asia, y sólo en tercer lugar ven la posibilidad de instalarse en México o Canadá.

Cuando uno analiza la penetración de las exportaciones a Estados Unidos, se observa que, efectivamente, han sido algunos países asiáticos como Vietnam, los que han sacado mayor provecho de la reducción de las importaciones de China.

Así que habrá que tomar con un grano de sal, la expectativa de crecimiento para este año, que se apuntala en el nearshoring, pues hay todavía muchos elementos de incertidumbre sobre la mesa.

Para 2024, ni siquiera vale la pena discutir, pues hay tal cantidad de incógnitas respecto a lo que podría pasar tanto en la economía como en la política que sería ocioso considerar si el escenario de un crecimiento de 3 por ciento resulta razonable.

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