Coordenadas

La economía no, pero la inversión sí va para arriba

Las inversiones que hoy se realizan, en su mayoría, no se explican por la perspectiva de la economía para este 2023 o incluso para 2024.

Por varios años, un diagnóstico frecuente respecto al porqué la economía mexicana no crecía era que hacía falta inversión.

Se decía, y con razón, que mientras la inversión no despegara, nuestro crecimiento sería mediocre.

Pues le tengo una noticia: la inversión ya despegó.

Ayer, el INEGI dio a conocer las cifras de exportaciones e importaciones al mes de abril.

En términos generales muestran una clara desaceleración e incluso en algunos rubros, una caída.

Las exportaciones no petroleras, por mucho tiempo el principal motor de la economía, decrecieron levemente, en -0.2 por ciento a tasa anual.

Las exportaciones del sector del automóvil, las que tienen más peso en la industria, decrecieron en -0.4 por ciento.

Más todavía, las importaciones de bienes intermedios, es decir, los productos usados para producir y no para el consumo final, cayeron -6.3 por ciento, lo que refleja un marcado freno.

Esa fue la tónica general en abril, con una sola excepción: las importaciones de bienes de capital, es decir, de maquinaria y equipo.

En ese caso, lograron un crecimiento de 17.3 por ciento en el mes, y de 21.7 por ciento en el primer cuatrimestre del año.

Es decir, las empresas están comprando equipos para reemplazar los que tienen, para modernizarse o bien para ampliar su capacidad instalada.

Las cifras más recientes de compras de maquinaria y equipo en general, y no solo de importación, correspondientes a febrero, indican un nivel 7.2 por ciento superior al del mismo mes de 2018, antes de la pandemia y antes del comienzo de esta administración.

Con el ‘superpeso’, además, se han dado incentivos para comprar equipo importado.

En este caso, la cifra es superior en 13.2 por ciento a la del mes de febrero de 2018.

Como le hemos comentado en otras ocasiones, el grueso de la inversión productiva corresponde al sector privado. Hoy es el 86.5 por ciento del total, mientras que solo el 13.5 por ciento corresponde al sector público.

Del monto total del crecimiento de la inversión del año pasado, 19 por ciento es de inversión pública y 81 por ciento es aumento de la inversión privada.

El impulso a la inversión está tanto entre las empresas como en el gobierno.

Y, como ayer le comentamos, con cifras comparables en dólares, también se observa un empujón fuerte de la inversión extranjera directa, superior a 48 por ciento.

Este comportamiento de la inversión contrasta fuertemente con la opinión de los especialistas, reportada mes con mes en la encuesta levantada por el Banco de México.

De acuerdo con la más reciente, publicada el pasado 2 de mayo, solo 6 por ciento de los expertos consideró que el actual es un buen momento para realizar inversiones; 40 por ciento señaló que es mal momento, mientras que 54 por ciento no está seguro.

Pues según los datos duros, pareciera que los empresarios no les hacen mucho caso a los especialistas, ya que la inversión sube rápidamente.

Las inversiones que hoy se realizan, en su mayoría, no se explican por la perspectiva de la economía para este 2023 o incluso para 2024.

Frecuentemente, la adquisición de equipo se justifica cuando su horizonte es más largo, por lo que es claro que se visualiza un mejor futuro para la economía en el mediano y largo plazos.

El contraste entre la visión de los expertos y las decisiones concretas que toman los empresarios no es algo novedoso. También se ha presentado en el pasado.

Pareciera que, aunque se vea un entorno complicado, cuando se trata de tomar decisiones en el negocio, la perspectiva se vuelve más optimista.

Ojalá que la que prevalezca sea la perspectiva de los empresarios y no tanto la de los especialistas.

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