Morena y sus corcholatas han acaparado los reflectores por un largo periodo.
Primero fue la identificación de los aspirantes, las llamadas corcholatas. Luego atrajo la atención la definición del proceso para seleccionar a quien será el candidato o candidata del partido en el gobierno.
Y, ahora, las precampañas… que no son precampañas, sino ‘recorridos’, se han convertido en tema central de la agenda.
A través de todo esto, Morena y cada uno de sus prospectos, habrán obtenido una enorme visibilidad, por encima de cualquiera de los aspirantes de la oposición.
Este cuadro podría empezar a cambiar a partir de la próxima semana.
De no haber sorpresas, a partir del lunes próximo, la oposición empezará a tener relevancia nuevamente en la vida política nacional.
En esa fecha, se anunciarán los mecanismos para decidir quién será su candidato o candidata presidencial.
La fórmula todavía está afinándose pero tendrá seguramente varios atributos que le comento abajo.
1.- La convocatoria será de organizaciones ciudadanas.
Para evitar caer en ilegalidades, los partidos políticos agrupados en la alianza Va por México no serán quienes convoquen al procedimiento.
Los tiempos fijados por la ley son muy claros. Las precampañas comienzan hasta el mes de noviembre, más allá de lo que haga Morena.
Sin embargo, en la medida que la 4T ha adelantado sus tiempos, la oposición considera que no pueden perder más semanas sin tener visibilidad.
Los tiempos legales no aplican para los grupos civiles. Para las organizaciones ciudadanas no hay la restricción para que puedan organizar un proceso de selección de quienes podrían ser candidatos.
La expectativa es que gradualmente los personajes de la oposición empiecen a tener los reflectores de los que hoy carecen.
2.- Existirá algún mecanismo para limitar la lista de los aspirantes presidenciales.
Debido a la larga lista de personas que han declarado su interés de convertirse en candidatos de la coalición opositora se buscará alguna fórmula para que al final quede un menor número de ellos.
Cualquier esquema, fuera una encuesta o una elección primaria es completamente disfuncional si tiene 15 prospectos. Y son más.
Pudiera ser que cada partido de la coalición propusiera a uno o dos, y que adicionalmente haya igualmente una o dos personas respaldadas por organizaciones ciudadanas.
Al final de cuentas lo que se pretende es que en una segunda fase de la selección quede un grupo más pequeño con el que sea operable la elección, la encuesta o alguna combinación.
En el caso de que una parte del proceso involucre una elección primaria, esta tendría que ser abierta, dado que no se utilizaría ningún padrón de los partidos.
El temor de algunos con este esquema es que la maquinaria de Morena y del gobierno intervenga en ese proceso para inclinarlo a favor de alguien o bien para descarrilar a otro.
Sin embargo, no se ha descartado del todo que esta pudiera ser la fórmula o una parte de ella, que también podría incluir una encuesta.
Hay quien piensa que el candidato de Va por México será una decisión de la cúpula de los tres partidos que conforman la coalición opositora.
No lo creo.
Sin duda las dirigencias partidistas van a buscar que el o la elegida sean personas confiables para ellos.
Pero, sus grados de libertad para decidir van a estar limitados.
Si Morena hubiera respetado los tiempos y no estuviera realizando seis campañas electorales de facto en este momento, tal vez otra sería la historia.
Pero las corcholatas estás desatadas.
Si lo que la oposición quiere es un candidato o candidata que sean competitivos, va a ser indispensable la negociación con los organismos ciudadanos. Las dirigencias no van a poder hacer su voluntad.
Aunque vayan en contra de su estilo e inclinaciones, las dirigencias partidistas deberán sacrificar parte de su capacidad de decisión –pues seguirán teniendo influencia– para poder estar en poco tiempo en el escaparate de la opinión pública, como hoy están las corcholatas.
Ya lo veremos el lunes.