Coordenadas

Las razones de la ‘Xochitlmanía’

¿Se parecen en algo Xóchitl Gálvez y López Obrador? Ambos parecen captar el interés de la población de manera similar, indica Enrique Quintana.

Xóchitl Gálvez irrumpió de manera acelerada al proceso político federal en México.

Apenas hace unas cuantas semanas se le valoraba solamente como una posible candidata de la alianza opositora a la Ciudad de México.

En las encuestas realizadas por El Financiero aparecía como la puntera en la carrera para convertirse en candidata de la oposición en la capital.

Muchos, de hecho, la veían como la persona que aseguraría que la CDMX pudiera dejar de ser gobernada por Morena y contribuir con ellos a fortalecer a un candidato o candidata en el ámbito federal.

Incluso, ni siquiera tenía esa candidatura asegurada, pues diversos personajes del PAN, notoriamente, Santiago Taboada, alcalde de Benito Juárez, aparecía como un candidato respaldado por la maquinaria panista.

En pocas semanas dejó de ser aspirante a competir por la candidatura al gobierno capitalino y se convirtió en una de las favoritas para ser nominada por la oposición como candidata a la presidencia de la República.

Falta mucho en este proceso, pero la velocidad con la que creció la aceptación de Xóchitl ha generado algo que se podría denominar ‘xochitlmanía’.

¿Cuál es la razón de ello? Es la percepción pública de que tiene un conjunto de atributos que la pueden hacer una candidata altamente competitiva.

Y también, como le he comentado en este espacio, el impulso, probablemente involuntario, que le ha dado el presidente López Obrador al convertirla en blanco de sus cuestionamientos de manera frecuente en las últimas semanas.

A diferencia de otros candidatos, se percibe que Xóchitl conecta fácilmente con el grueso de los ciudadanos, tanto de clases medias como de niveles socioeconómicos más bajos.

Xóchitl tiene una historia personal sobre la cual ha ironizado en diversas ocasiones el presidente de la República, pero que en realidad le permite construir una narrativa muy potente al ser mujer, de raíces indígenas, y haber generado una exitosa carrera profesional y empresarial sobre la base de sus propios méritos.

Pocos en Morena o en la oposición pueden reinvindicar esa condición.

Pero, adicionalmente, aún para quienes no conocen su trayectoria personal, la senadora Gálvez se percibe como alguien que habla de manera directa y clara, que no tiene el lenguaje retorcido de los políticos y con quien la gente muy fácilmente se identifica por usar expresiones con las que hablamos.

En eso se parece a López Obrador, quien tiene también esa cualidad.

Pero por si algo faltara, tiene la capacidad para generar acciones políticas creativas y provocadoras que atraen la atención pública.

Se le recuerda disfrazada de dinosaurio en el Senado o encadenada a la silla de la presidencia de la Mesa Directiva en el mes de abril cuando se pretendía votar un conjunto de leyes y y reformas constitucionales.

Ese tipo de acciones convierten a Xóchitl en protagonista central de casi cualquier proceso en el que participe.También tiene experiencia gobernando, al haber sido alcaldesa de Miguel Hidalgo y haber participado en el gobierno de Fox.

Si hubiera cuatro o cinco personajes como Xóchitl ella se haría notar menos, pero una ventaja que tiene la senadora es que los atributos políticos con los que cuenta son muy escasos entre la clase política mexicana.

Ella sabe, y así lo ha dicho, que será blanco de ataques por parte del presidente de la República y de toda la maquinaria de Morena.

Pero, si como ha ocurrido hasta ahora, esos ataques no la destruyen políticamente, van a acabar fortaleciéndola.

Tal vez pronto veamos que van a atacarla legalmente y tratar de repetir el escenario que el gobierno de Peña instrumentó con Ricardo Anaya cuando lo desacreditó acusándolo de un delito financiero.

En el caso de Xóchitl, sin embargo, me parece que las cosas no serán tan fáciles y si lo hacen corren el riesgo de victimizarla y darle más fuerza, así que van a andar con tiento.

Ya lo verá.

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