Coordenadas

Una baja en el equipo de Xóchitl

Enrique Quintana comenta la obsesión del presidente Andrés Manuel López Obrador con Xóchitl Gálvez, ahora que ella busca ser candidata a la presidencia para 2024, por la oposición.

Xóchitl Gálvez puede enfrentar una importante baja en su equipo.

Ni más ni menos que la de su jefe de campaña.

Se trata de la persona que finalmente la convenció de competir por la candidatura presidencial y ya no por la de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Pero, además, con la estrategia que desarrolló ese personaje, en unas cuantas semanas la convirtió en la candidata opositora más mencionada y considerada por muchos como la favorita.

De verdad que ha hecho un trabajo sobresaliente y se va a resentir su salida.

Se trata del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Si acata las instrucciones del INE y deja de hablar de ella en las conferencias mañaneras, la campaña de Xóchitl va a tener que hacer mucho más trabajo para tener la exposición que le daba AMLO.

Todavía el viernes pasado, al señalar que no había sido notificado por el INE, insistió en traer a colación los contratos de las empresas propiedad de la familia de Xóchitl, que en realidad correspondían a los ingresos totales, violando el secreto fiscal y reconociendo que, si hubiera sabido que las razones sociales a quienes les otorgaron contratos en su gobierno eran propiedad de la aspirante o de sus familiares, no se los hubieran dado.

Como dicen los abogados: a confesión de partes, relevo de pruebas.

El presidente admite que no importa el resultado de las licitaciones, que se conceden según quienes sean los propietarios de las empresas.

Le han ganado tanto el enojo y la ansiedad a AMLO que, a pesar de que de diversos lados le han advertido que ya no promocione a la senadora, él insiste, incluso con torpeza.

Tal vez el INE, indirectamente le esté haciendo un favor al presidente… en caso de que siga la instrucción, pues no se ha distinguido precisamente por acatar los señalamientos del Instituto.

En respuesta a las acusaciones, Xóchitl tuvo otra vez tema para su presencia en medios y retó a AMLO a que le comprobara contratos con los gobiernos por 1 mil 400 millones de pesos, poniendo en juego su aspiración a ser candidata.

La aspirante a la candidatura del Frente va a demandar a quien resulte responsable por violación del secreto fiscal… pero admitió que las revelaciones buscan desgastarla emocionalmente y afectar la actividad de sus empresas.

Como la anticipamos en este espacio desde el momento en que definió la senadora Gálvez que iría por la coordinación del Frente, o, mejor dicho, por la candidatura del Frente Opositor, para ya no andar con rodeos, le adelantaba que llegaría el tiempo de los ataques personales.

La experiencia de hace seis años, cuando las acusaciones a Ricardo Anaya desinflaron al candidato de aquel frente opositor, pareció ser la inspiración para una estrategia que se tratará de aplicar ahora.

El tema es que Xóchitl no es Anaya y lo que afectó al segundo puede acabar fortaleciendo a la primera.

Ya se le olvidó el ‘efecto desafuero’ que hizo de AMLO un poderoso candidato en 2006, en las elecciones que perdió solo por los tremendos errores que cometió durante la campaña pues la torpeza de Vicente Fox lo había encumbrado.

AMLO ya se obsesionó con la senadora Gálvez y creo que, con ello, cumpla o no las disposiciones del INE, va a propiciar que las posibilidades de Xóchitl de ganar la candidatura del frente opositor se disparen.

Santiago Creel, Enrique de la Madrid, Beatriz Paredes, por citar solo a algunos contendientes competitivos, ya debieran estarle reclamando a AMLO que esté inclinando la contienda a favor de Gálvez.

Si AMLO acata las instrucciones del INE, Xóchitl habrá perdido a su jefe de campaña.

Pero quizás con lo que ya ha hecho y dicho AMLO, haya sido suficiente para darle un impulso que ya no va a perder.

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