Coordenadas

Las dos caras del sexenio de AMLO

Hay 50.4 millones de personas sin acceso a los servicios de salud en México, 30 millones más respecto a los que estaban en esta circunstancia en 2018.

El reporte sobre la medición de la pobreza en México que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) presentó ayer refleja una doble realidad.

Hay buenas y malas noticias.

Las primeras tienen que ver con la reducción del número de personas en situación de pobreza en el país.

Salieron de la pobreza 5.1 millones de personas respecto al 2018. El porcentaje de pobres en la medición del 2022 fue 36.3 por ciento, lo que se compara favorablemente con el 41.9 por ciento que teníamos en el 2018.

El incremento de los niveles de empleo, así como de los ingresos reales, son sin duda los factores que más contaron en esta reducción.

Debe reconocerse que la política salarial de esta administración contribuyó de manera sobresaliente a esta reducción.

Las malas noticias que el Coneval trajo tienen que ver con las carencias sociales.

El número de personas que se califica como vulnerable por las carencias sociales que padece aumentó en 5.2 millones. En términos porcentuales, representaba el 26.4 por ciento en el 2018 y subió al 29.4 por ciento en el 2022.

Requiere una mención aparte la carencia de servicios de salud.

El informe reporta que hay 50.4 millones de personas sin acceso a los servicios de salud en México, 30 millones más respecto a los que estaban en esta circunstancia en el 2018.

El porcentaje pasó del 16.2 al 39.1 por ciento y fue el cambio más dramático entre todos los indicadores que elabora el Coneval.

Así como hay que aplaudir la política salarial, la de salud no puede menos que calificarse como un desastre.

Primero fue la cancelación del Seguro Popular y posteriormente el naufragio del Insabi, del que ahora algo se quiere rescatar con el IMSS-Bienestar. Pero el hecho es que el gobierno propició la pérdida de una cobertura fundamental para las familias mexicanas, que hoy tiene que usar una parte de su mayor ingreso para pagar la atención médica que perdieron.

Ayer le comentamos en este espacio que México puede perder oportunidades de atraer inversiones asociadas al nearshoring si persiste en una política que limita la participación privada en la generación eléctrica.

Pues también puede perder la oportunidad de que las familias realmente mejoren sus ingresos, si se insiste en una política de salud que echó por tierra el avance que significó el Seguro Popular.

Los datos revelados por el Coneval muestran las luces y las sombras de la política social de esta administración.

Banxico vs. mercados

No hubo sorpresas ayer y el Banco de México dejó sin cambios la tasa objetivo, que continúa en 11.25 por ciento.

Al hablar de las perspectivas, el Banxico señaló lo siguiente:

“…para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3%, considera que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado”.

Aunque no hay claridad respecto a lo que esta frase significa, lo más lógico sería inferir que la autoridad monetaria considera que la tasa no habría de bajar en este 2023.

Sin embargo, la percepción de los inversionistas es que Banxico no va a resistir y sí bajará la tasa antes de fin de año.

La encuesta que quincenalmente aplica Citibanamex muestra que 25 instituciones, de 33 que fueron entrevistadas, consideran que la reducción de la tasa de referencia del Banxico va a ocurrir antes del fin de este año, previsiblemente en diciembre.

Este choque entre bancos centrales y mercados no es privativo de México.

En Estados Unidos, la opinión hoy es que no habrá un nuevo incremento en septiembre, aunque los funcionarios de la Reserva Federal sugieran lo contrario.

Veremos quién se impone.

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