Una importante revisión de las perspectivas de crecimiento de la actividad económica en México, fue anunciada hace un par de días por el Banxico al presentar su Informe Trimestral.
En mayo, el banco central anticipaba un crecimiento de 2.3 por ciento para este año y de 1.6 por ciento para el próximo.
Ahora el estimado puntual es de 3.0 por ciento para este año y de 2.1 por ciento para el próximo. La diferencia acumulada para los dos periodos es de 1.3 puntos porcentuales.
El cambio de perspectivas se hace más claro al notar que apenas en marzo el estimado de crecimiento para 2023 era de 1.6 por ciento.
En unos cuantos meses virtualmente se duplicó el estimado de crecimiento.
Hemos visto que diversas instituciones, reporte tras reporte han revisado hacia arriba sus estimaciones de crecimiento para este año.
El próximo 8 de septiembre será el turno de la Secretaría de Hacienda, cuando envíe al Congreso de la Unión el Paquete Económico para 2024, que incluirá los Criterios Generales de Política Económica.
En los PreCriterios, enviados en el mes de abril, el estimado puntual de este año era de 3.0 por ciento, cifra que se repetía para el 2024.
Creo que Hacienda va a revisar al alza la estimación de este año como ya lo sugirió ayer el secretario de Hacienda, al participar en la plenaria de los legisladores de Morena.
Ya le hemos comentado que diversas instituciones bancarias estiman ahora cifras superiores al 3 por ciento para 2023.
Los datos revisados del INEGI no van a modificar esa expectativa y seguramente Hacienda quizás la mueva a un rango de 3.2 a 3.5 por ciento.
Sorprendió también el Banxico al considerar una estimación puntual de crecimiento del PIB para 2024 de 2.1 por ciento, cuando la expectativa más general, por ejemplo, la que deriva de la encuesta que elabora el Banxico a partir de las opiniones de los especialistas del sector privado, todavía considera una tasa de 1.5 por ciento.
Lo que implícitamente está señalando el banco central, es que no visualiza una recesión en Estados Unidos, ni para este año ni para el próximo.
Sin embargo, el mensaje que dio la gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, apunta a que aún se visualiza desde la autoridad monetaria del país una perspectiva complicada para la inflación, especialmente la subyacente, que aún se mantiene arriba del 6 por ciento, y en el caso de la de las mercancías arriba de 7 por ciento.
Pese a ello, en los mercados financieros hay todavía una buena cantidad de expertos que estiman que podría haber una baja de tasas de interés antes de que termine este año.
En la más reciente encuesta de Citibanamex, 18 de 31 instituciones consideran que habrá una baja de tasas este año. Nueve la visualizan en noviembre y otras nueve en diciembre.
Mi opinión es que, salvo que veamos una caída sorpresiva de la inflación subyacente, no habrá baja en este año.
De la trayectoria de las tasas de interés en México y Estados Unidos dependerá también la trayectoria del tipo de cambio.
La percepción de que la política monetaria se mantendrá más restrictiva por un periodo más prolongado haría pensar que la fortaleza de nuestra moneda frente al dólar puede también alargarse más tiempo.
En la encuesta de Citibanamex a la que hicimos referencia se observa un estimado de 17.85 pesos por dólar para el cierre de este año.
No sería extraño que en la próxima entrega de esta encuesta la cifra se revisara a la baja.
Aunque ayer el dólar volvió a tocar los 17 pesos luego de los anuncios en materia de coberturas cambiarias de Banxico, no se percibe un cambio de tendencia.
Cada vez escucho más preocupaciones en el sector exportador por la permanencia de un dólar demasiado barato, pero no veo condiciones para que ocurra un cambio en la dirección del movimiento de la paridad.
En suma, creo que en la última parte del sexenio, más por el efecto de la recomposición de inversiones y flujos comerciales que por otra cosa, el crecimiento será bastante mayor al previsto.