Este fin de semana tuve la oportunidad de conversar unos minutos con Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banxico.
El tema central de la entrevista fue la decisión de política monetaria que el Banxico dio a conocer el jueves pasado, la cual trajo como resultado un cambio en la perspectiva de mediano plazo para las tasas de interés.
Ese cambio de señal fue transmitido a través de un nuevo fraseo en el comunicado del Banxico en el que se habla de la perspectiva. Se dejó de usar la frase “tiempo prolongado” para hablar de la expectativa de sostener los niveles actuales de las tasas y se reemplazó por “un cierto tiempo”.
La gobernadora me explicó que ese “cierto tiempo” es de entrada este año. Es decir, en la próxima reunión de la Junta de Gobierno para definir la política monetaria del 14 de diciembre no habrá cambios a las tasas.
Si la trayectoria de la reducción de la inflación sigue como hasta ahora, entonces eventualmente podría considerarse una revisión quizás en la primera reunión del próximo año.
Rodríguez Ceja, sin embargo, es cauta al afirmar que una eventual reducción de las tasas será gradual y discontinua.
Esto significa, por ejemplo, que, si en enero se decidiera una baja de un cuarto de punto, es probable que en la siguiente reunión no se decidiera una nueva baja, sino que se dejará transcurrir una o dos decisiones, antes de continuar con otro recorte.
El jueves pasado, tras la publicación del comunicado, el tipo de cambio del peso frente al dólar se fue para arriba y, de estar cotizando en alrededor de 17.50 pesos, llegó hasta 17.90.
Le pregunté a la gobernadora si la nueva política fiscal, que considera un déficit superior al de años anteriores, implicaba cambios en las decisiones de Banxico.
Fue cuidadosa al señalar que la Junta evalúa el conjunto de condiciones que pueden incidir en el comportamiento de la economía y de la inflación, incluyendo la política fiscal, pero que no ven que pueda cambiar de modo significativo la trayectoria a la baja de la inflación.
De hecho, ponderó como un elemento de riesgo más relevante el rezago que hay en el traslado de los incrementos de costos a los precios en el sector servicios.
Sin embargo, pese a ello, la guía prospectiva que se incluye en los comunicados anticipa que este año terminaremos con un nivel de 4.4 por ciento en la inflación general, mientras que el 2024 terminará con un 3.4 por ciento.
De acuerdo con la encuesta de Citibanamex, la mayoría de los especialistas estima que una primera reducción de la tasa objetivo del Banxico vendría entre marzo y abril del 2024.
Sin embargo, 14 de 32 instituciones consideran que ese ajuste llegará de mayo en adelante.
Creo que después de la más reciente decisión de Banxico y de lo que me dijo la gobernadora, empezará a ajustarse la expectativa para considerar a enero o febrero como las fechas en que con más probabilidad habría de ocurrir el próximo ajuste.
Una cualidad que tiene el Banxico hoy y que afortunadamente, ha afinado la gobernadora Rodríguez Ceja es la claridad en el mensaje.
A diferencia de la Reserva Federal en Estados Unidos, y en particular de Jerome Powell, que tiende a ser ambiguo y a veces contradictorio en sus declaraciones, la gobernadora de Banxico, en calidad de vocera de la Junta de Gobierno, da mensajes claros y habla públicamente solo de manera ocasional, lo que asegura que los juicios que emita sean claros y sólidos.
Ma parece que el cambio de señal que indicó el Banxico en su último comunicado y la explicación que dio Rodríguez Ceja son buenas noticias respecto a las posibilidades de continuar con menor inflación, pero también con menores costos financieros el próximo año.