En México hemos tenido ocasiones en las que los resultados de la elección fueron diferentes a lo que decían las encuestas unos meses antes.
Pero, antes de contarle cuando ocurrió eso, déjeme recordarle cómo viene el calendario electoral.
La autoridad electoral determinó que el periodo de las precampañas de los aspirantes a convertirse en candidatos presidenciales duraría del 20 de noviembre de este año al 18 de enero de 2024.
Es decir, llevamos ya 20 días en ese proceso.
Obviamente, no se suspenderán las actividades electorales debido a las fiestas de fin de año. Las dos aspirantes seguramente van a seguir con diversos recorridos. Pero, el interés de la gente en la política ya va descendiendo y el impacto de las actividades que realicen después del lunes 18 de diciembre será escaso.
La atención estará nuevamente en el proceso electoral a partir del próximo martes 2 de enero… cuando ya faltan solamente 18 días para que termine el periodo de precampañas.
En teoría al menos, del viernes 19 de enero hasta el jueves 29 de febrero se suspenderán las actividades de promoción.
Las campañas electorales formalmente comenzarán el viernes 1 de marzo y terminarán el miércoles 29 de mayo.
Como usted podrá ver en este calendario, el periodo legal para las campañas políticas en México es relativamente breve.
Quizás queden 25 días reales para realizar precampañas y luego serán 90 días de campaña… aunque hay que restar algunos días de la Semana Santa que terminará el 31 de marzo.
Le refiero lo anterior para subrayar que los tiempos son relativamente breves para tratar de cambiar las alineaciones que hoy existen y que se han revelado en la mayoría de las encuestas.
Primero le aclaro que estoy muy lejos de pensar que ya todo está resuelto y que la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, ya tiene la elección ganada.
Si así lo pensaran ella y su equipo, le abrirían la puerta a la derrota.
Finalmente, las elecciones se deciden con los votos que se emitirán el día 2 de junio, solo ese día.
Pero, también creo que las encuestas que están bien hechas resultan muy útiles como instrumentos que permiten observar el estado de ánimo de los ciudadanos y determinar cuáles son sus inclinaciones, solo en el momento en el que se levantan.
Hay experiencias recientes en nuestro país de cambios profundos en el resultado electoral respecto a lo que marcaban las encuestas.
El caso más emblemático es el de la elección del 2006. En marzo de ese año diversas encuestas le daban una gran ventaja a López Obrador frente a Felipe Calderón. Por ejemplo, la de Grupo Reforma marcaba 41 puntos contra 31. Un mes antes, en febrero, la de Covarrubias le daba a AMLO una ventaja de 36 a 26.
Pero en las últimas semanas de aquella campaña, las cosas cambiaron.
López Obrador radicalizó su lenguaje y generó miedo entre un sector del electorado, miedo que también fue alentado por grupos empresariales y por la campaña del PAN. Se acuñó aquella frase de: “un peligro para México”.
Todo ello derivó en que la ventaja de 10 puntos se diluyera.
El resto ya es historia, Calderón acabó ganando y AMLO nunca reconoció su derrota.
Fue la convicción de que tenía la elección ganada, uno de los factores que le hizo perder la ventaja que tenía.
Otro caso que no puede olvidarse es el de la elección del año 2000.
En enero de aquel año, la ventaja para Francisco Labastida era de alrededor de 10 puntos en la mayoría de las encuestas y el resultado fue un triunfo de Fox por poco más de 6 puntos porcentuales. Es decir, en la campaña las intenciones de voto cambiaron radicalmente.
La dinámica de las campañas, así como las circunstancias que las rodean, pueden conducir a resultados diferentes a los que arrojaban las encuestas pocos meses antes de la elección. Eso es posible.
Sin embargo, cuando las campañas son cortas, como sucede en México, la candidata que está en desventaja, en este caso Xóchitl Gálvez, requiere cambiar la tendencia con rapidez.
Probablemente en este mes ya no veamos otra secuencia de encuestas publicadas por medios. Pero, si en enero, ya cerca del término del periodo de precampañas, no se percibe que Xóchitl haya logrado recortar claramente la ventaja a Claudia, será muy difícil que lo haga en los 90 días de campaña.