Hacer pronósticos en el mundo en el que vivimos resulta un poco ocioso.
Creo que lo único cierto es que casi todos ellos van a fallar.
Sobre todo, cuando se trata de anticipar el comportamiento de la economía… o los resultados de una votación.
Le refiero lo anterior porque el Fondo Monetario Internacional (FMI) ayer ajustó hacia arriba su perspectiva económica para Estados Unidos.
En sus previsiones de enero apuntaba a un crecimiento de 2.1 por ciento para la economía norteamericana este año, y ahora señala que será de 2.7 por ciento.
Para el caso de México, el ajuste fue en dirección opuesta. En enero calculó un crecimiento de 2.7 por ciento y ahora lo cifra en 2.4 por ciento.
Para el 2025 supone que Estados Unidos, ahora sí se desacelerará, y que crecerá solo 1.9 por ciento, mientras que la economía mexicana crecerá apenas a un ritmo de 1.4 por ciento.
No hace mucho tiempo se discutía en torno a los riesgos de una recesión en Estados Unidos por las elevadas tasas de interés. Ahora, con tasas altas que van a tardar en bajar más de lo que se pensaba, se habla solo de una desaceleración… pero para el próximo año.
Vaya, parece que el mundo está al revés.
En el caso de México, el FMI fue de las instituciones que se pusieron más optimistas en los primeros meses de este año, anticipando el efecto que tendría el nearshoring.
Pero, al darse cuenta de que el impacto de las nuevas inversiones va a ser más lento de lo que se imaginaba, quitó tres décimas a su perspectiva de crecimiento.
Para el 2025 no es extraño que baje un punto completo al estimado de crecimiento respecto a su previsión para el 2024.
El ajuste fiscal que se espera que ocurra el próximo año después de la política expansiva de éste, tendrá un efecto negativo en la dinámica de la actividad productiva.
Pero, como le decía más atrás, hay una gran cantidad de variables que están teñidas de incertidumbre.
Tomemos el entorno geopolítico.
No sabemos qué es lo que vaya a pasar con el curso de los dos principales conflictos militares que ocurren en el orbe. Es incierto si Rusia va a tener mayor éxito en Ucrania y cuáles serían sus consecuencias.
Es más incierto aún lo que vaya a pasar en el Medio Oriente. Pese a que Irán había tratado de no intervenir directamente en la guerra, tras la incursión con drones y misiles, como represalia al ataque de su consulado en Siria, ahora no está clara cuál será la respuesta de Israel y las repercusiones que tendrá.
Pero, no es la única incertidumbre.
A nivel global algo que va a pesar mucho son los resultados de la elección presidencial en Estados Unidos.
Se va a producir un cambio importante si Trump regresa a la Casa Blanca y si logra controlar las Cámaras del Congreso.
Obviamente a México le afectaría de manera muy directa, en función de las políticas que emprenda tanto en el ámbito migratorio como en materia comercial y tecnológica.
El nivel de agresividad que haya en contra de China puede afectar la llegada de inversiones de ese país, uno de los fenómenos más importantes de los últimos años en el país.
Ni modo, el FMI tiene que presentar, como siempre en sus asambleas, sus perspectivas.
Pero no las tome demasiado literalmente, pues seguramente se van a equivocar, como siempre pasa.
Le sugiero más bien estar atento al entorno y tener la agilidad necesaria para ajustar sus decisiones según lo que vaya observando.
De los pronósticos en materia electoral le hablaré en otra ocasión.