Coordenadas

Una sorpresa positiva para la economía

Algo está sucediendo con los reportes oportunos, pues la diferencia con los datos definitivos ha resultado mayor que lo usual.

Pareciera que hay que irse acostumbrando a las sorpresas que nos dan las variables económicas.

En términos generales, había existido la sensación de que la economía mexicana se desaceleraría pronto, por el hecho de que el indicador oportuno de actividad económica de febrero anticipaba un crecimiento de solo 0.6 por ciento a tasa mensual y de 1.7 por ciento a tasa anual.

En enero, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) había marcado un muy pobre 1.0 por ciento a tasa anual, así que todo indicaba que los resultados del primer trimestre del año serían relativamente malos.

Pues ayer por la mañana llegó la sorpresa.

Los datos de febrero para el IGAE fueron muy superiores a los previstos.

A tasa mensual, el crecimiento fue de 1.4 por ciento y a tasa anual de 2.6 por ciento, casi un punto porcentual por arriba de lo que reflejaban las cifras oportunas.

Algo está sucediendo con los reportes oportunos, pues la diferencia con los datos definitivos ha resultado mayor que lo usual.

Un elemento que debe ponerse sobre la mesa es que las cifras del sector agropecuario no se integran en las estimaciones oportunas. Y sus variaciones han resultado muy diferentes al promedio de la economía.

Por ejemplo, en enero, el IGAE agropecuario (en realidad se trata de actividades primarias, pero es mayormente agropecuario) tuvo una caída a tasa anual de 13 por ciento.

El contraste ocurrió en febrero, cuando creció a un ritmo de 16.5 por ciento.

Pero no solo es este sector el que explica las diferencias.

Por ejemplo, en el sector terciario (servicios y comercio), la estimación oportuna marcaba un crecimiento anual de 2.5 y acabó siendo de 3.2 por ciento.

Y como este sector es el que más pesa en la economía, influyó en la sorpresa positiva que ayer se registró.

Sin embargo, me parece que estas discrepancias no modifican las tendencias sustantivas.

1.- La economía mexicana va a seguir creciendo.

2.- Se va a desacelerar. Es decir, no mantendrá en términos generales, las cifras que tuvo el año pasado.

3.- Habrá diferencias importantes entre los sectores de la economía y las regiones del país.

4.- Las imprecisiones no implican que carezcan de utilidad los indicadores oportunos. Lo único que hay que tomar en cuenta es que debe ponderarse que pueden estar sujetos a correcciones, incluso relevantes. Así como ayer hubo una sorpresa positiva, no descarte que en otro momento pueda haber otra negativa.

La incógnita de la consolidación fiscal del 2025

Ya se volvió moneda corriente señalar que en el 2025 se podrá hacer la consolidación fiscal sin afectar el gasto operativo del gobierno debido a que los ajustes vendrán en el gasto de inversión.

Eso se dijo en varias ocasiones en la Convención Bancaria en Acapulco.

La duda que en varias ocasiones le he expresado es que, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica para el 2024, la reducción prevista del gasto programable para 2025, que ya estaba contemplada desde entonces, era de 2.4 puntos del PIB.

De esa reducción, solo medio punto del PIB correspondía a una reducción de la inversión física, mientras que 1.3 puntos correspondieron a una baja en el gasto de operación y además se contemplaba otra reducción de 0.9 puntos porcentuales del PIB en los subsidios.

Es decir, el ajuste fiscal para 2025 que ya estaba contemplado en los escenarios de mediano plazo del gobierno desde septiembre del año pasado, no se puede explicar exclusivamente por el fin de los grandes proyectos de inversión.

Creo que aún habrá mucho que hablar al respecto.

COLUMNAS ANTERIORES

El incierto futuro de la paridad del peso frente al dólar
La 4T y la reforma judicial: ¿imposible tender puentes?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.