No hubo sorpresas en el resultado de la elección presidencial: Claudia Sheinbaum se convertirá en la próxima presidenta de México.
A la hora que usted lea este texto, la más probable es que haya ya una abundancia de datos tal que nos permita perfilar cómo quedará la configuración política del país.
La composición del Congreso, sin lugar a duda, será la variable clave pues es muy diferente que la coalición que ganó la Presidencia tenga la mayoría calificada de las dos cámaras con más de dos terceras partes de los asientos; que tenga una mayoría absoluta, con más del 50 por ciento de las posiciones; que una mayoría relativa, con menos de la mitad de los asientos.
Un hecho que debe destacarse es que, en contra de muchos temores, la jornada electoral resultó sin problemas mayores, solo con los incidentes leves que casi siempre se presentan.
En muchos lugares, la participación ciudadana fue masiva. Fueron frecuentes los testimonios el día de ayer que refieren filas muy largas en las casillas –puedo dar testimonio personal de que así fueron en muchos puntos de la Ciudad de México.
Esperaremos detalles adicionales para dimensionar la tasa de participación, que, de ser elevada como todo parece indicarlo, le dará legitimidad al resultado.
Pero, los datos del PREP indican una tasa de participación de menos de 60 por ciento, lo que choca con las experiencias que tuvimos el día de ayer.
Los resultados de las gubernaturas también dan cuenta de que hay competencia política. No tuvimos un partido que arrasara en todos los estados en los que cambiaron gubernaturas.
Al no haber sorpresas, aunque quedan algunas incógnitas por perfilarse, el domingo por la noche en los mercados financieros se respiraba calma después de conocer el resultado.
Un aspecto que se tomó positivamente fue la decisión de la candidata ganadora, Claudia Sheinbaum, de no ofrecer un mensaje antes de que el INE diera a conocer los resultados del conteo rápido.
Si ese criterio lo hubieran seguido el resto de los candidatos de su partido o los dirigentes de su partido, se habría ganado mucho en serenidad.
La permanencia de Rogelio
Le pregunté a la entonces candidata Claudia Sheinbaum el pasado 6 de mayo, en la reunión nacional de Consejeros Regionales BBVA, si ya le había pedido a Rogelio Ramírez de la O que permaneciera al frente de la Secretaría de Hacienda, en caso de que ella ganara la Presidencia de la República.
Ya lo había señalado previamente y en esa fecha me comentó que sería de las primeras cosas que haría tras ganar la elección.
Pues hoy le podemos comentar que ya hablaron y que, como muchos suponíamos, el secretario aceptó.
Y fue más allá. El señalamiento original de Claudia era que esperaría que aceptara seguir al frente de la Secretaría de Hacienda por lo menos en el arranque de su gobierno.
El acuerdo que sabemos que se alcanzó es que la permanencia en Hacienda no sería por un periodo predefinido de uno o dos años, sino por tiempo indefinido.
De hecho, esta misma semana ya tendrán una reunión de trabajo para ir adelantando temas.