El dólar cerró el viernes pasado las operaciones financieras en México en 20.28 pesos, lo que significa la cotización más elevada desde el 26 de septiembre del año 2022, hace poco más de 25 meses.
Muchos se preguntan, y me han preguntado con insistencia, respecto al escenario próximo de la divisa norteamericana a la luz del entorno político tanto en México como en Estados Unidos.
Ya le he comentado en diversas ocasiones en este espacio que era de esperarse la volatilidad en el mercado cambiario en el corto plazo, mayormente asociada a los resultados del proceso electoral en Estados Unidos.
Si estuviera claro un resultado, ya se hubieran descontado los efectos probables de éste. Pero sigue siendo un volado lo que pueda ocurrir mañana.
Algunas de las encuestas más recientes reparten resultados en el voto popular a escala nacional: Forbes/HarrisX le da a la vicepresidenta una ventaja de 2 puntos; Rassmussen Reports le da esos 2 puntos a Trump; Morning Consult le da 3 puntos a Harris; AtlasIntel, 2 puntos a Trump.
Lo relevante no es el voto popular a escala nacional, sino en los ‘estados columpio’.
En el crucial estado de Pennsylvania, de seis encuestas concluidas después del 28 de octubre, tres le dan una leve ventaja a Trump, dos a Harris y una reporta empate. En Michigan, dos a Harris, dos a Trump y dos reportan empate; en Wisconsin, de cinco encuestas, dos se inclinan por Harris, una por Trump y dos reportan empate; en Carolina del Norte pareciera haber un poco de inclinación por Trump, pues de cinco encuestas recientes, solo una marca adelante a Harris y cuatro a Trump. En Arizona es más clara la inclinación hacia Trump, pues de cuatro encuestas recientes, todas marcan adelante a Trump; en Georgia es el mismo caso y finalmente, en Nevada, una encuesta favorece a Harris, otra marca empate y tres marcan delantera de Trump.
Pareciera que llegamos a la fecha crucial con una leve ventaja de Trump, pero lejos de ser suficiente para inclinar la balanza de manera clara.
El modelo predictivo de The Economist, sin embargo, marca una muy leve ventaja a favor de Harris en votos electorales: de 270 contra 268 votos electorales.
La realidad es que no hay todavía ninguna certeza del resultado.
Mi opinión es que, aunque hemos tenido una depreciación del peso frente al dólar de 4.5 por ciento en el último mes, no ha sido suficiente para descontar un resultado favorable a Trump.
Si el martes por la noche se confirma el triunfo del candidato republicano, no dude de que hubiera otro ajuste alcista que se reflejaría en las operaciones del miércoles 6 de noviembre.
Si el triunfo fuera para Harris y Trump lo reconoce, entonces no sería nada extraño que viéramos un regreso de la cotización a niveles de 19 o incluso de los 18.
Si gana Harris, pero Trump no reconoce el resultado, entonces tendremos un lapso de incertidumbre en el que todavía veríamos volatilidad de nuestra moneda.
Si lo que ocurre es que en la noche del martes no hay suficientes datos para dar un resultado, entonces mientras que se obtienen las últimas cifras, habría tanto expectación como volatilidad.
Estoy hablando exclusivamente de las reacciones de corto plazo del mercado cambiario en México, sin considerar los efectos de largo plazo que pueda traer consigo este resultado.
En la elección del año 2016, la mayor alza en la cotización del dólar vino en las semanas previas a la toma de posesión, aunque, en el momento en el que quedó claro que Trump aceptaría renegociar el TLCAN en lugar de repudiarlo, como hizo con el TPP, la cotización se estabilizó y el peso ganó terreno en los siguientes meses.
Nada asegura que en esta ocasión se siga el mismo patrón que en 2016-2017.
De lo que podemos estar seguros es que la paridad del peso frente al dólar será la variable de ajuste ante posibles cambios del entorno después de la elección de mañana.