Coordenadas

La clave será no ‘engancharse’ con Trump

Lo más adecuado es dar signos de que el gobierno mexicano es sensible a las exigencias del próximo presidente de EU, o en lenguaje coloquial: “darle por su lado”.

El gobierno de Claudia Sheinbaum se está enfrentando a la difícil tarea de hacer frente a las provocaciones del futuro gobierno de Donald Trump.

El pasado 9 de diciembre, en su conferencia matutina, la presidenta señaló lo siguiente:

“Yo creo que vamos a dejar un poco este diálogo a través de los medios. Obviamente México es un país libre, soberano e independiente, eso lo sabemos todos y siempre lo tenemos que defender”.

La respuesta de la presidenta fue ante los señalamientos del futuro presidente de EU, en el sentido de que, dado que EU “subsidia” a México y Canadá, estos países deberían convertirse en estados de la Unión Americana.

Parecía que había quedado claro que lo más sano era que frente a un político muy vocal, con múltiples ocurrencias para ‘venderlas’ a su base social, lo más sano sería mantener una actitud seria y no engancharse en sus dichos.

Sin embargo, pareciera que esa estrategia cambió de manera radical la semana pasada.

Ante la broma hecha por Trump en su conferencia de prensa efectuada en Mar-a-Lago el pasado 8 de enero, en la que señaló que propondría cambiar de nombre al Golfo de México y denominarle Golfo de América, la presidenta Sheinbaum se enganchó y presentó mapas de la Nueva España en donde se denomina el territorio “América Mexicana”.

Sheinbaum hizo exactamente lo que dijo que no haría y se “enganchó” respondiendo a Trump en tono de burla al señalar que sonaba muy bonito lo de “América Mexicana”.

Es de preocupar que parezcan existir voces con criterios diferentes que estén influyendo en las respuestas que está dando el gobierno a los señalamientos de Trump.

Lo más adecuado, se lo dijimos aquí desde hace muchas semanas, es dar signos de que el gobierno mexicano es sensible a las exigencias de Trump.

En lenguaje coloquial existe la expresión: “darle por su lado”.

Y que cada quien se lo tome como quiera.

Pero, por ejemplo, pareciera que los operativos para confiscar productos de contrabando o piratas, provenientes sobre todo de Asia, que fueron señales muy buenas, han perdido aliento.

Tampoco ha aparecido recientemente en la narrativa oficial el tema del déficit comercial que tenemos con China, y que fue motivo de señalamientos expresos del secretario de Hacienda.

Hoy tal vez, el asunto regrese al presentarse esta mañana el llamado Plan México.

Ojalá sea realista y deje en claro que el gobierno mexicano sabe que nuestro interés básico es la permanencia y fortalecimiento de la zona de libre comercio de Norteamérica.

Ojalá que no existan guiños hacia a otros bloques comerciales que pudieran ser percibidos como hostiles para Norteamérica.

No podemos jugar a estar deshojando la margarita y creer que tenemos la opción de acercarnos a China o los BRICS si Estados Unidos nos desaira.

Integralia, la conocida firma de análisis político y económico, identificó claramente una de las implicaciones de las políticas de Trump (ubicadas como riesgo número uno en su análisis):

“Las acciones y retórica de Trump detonan posturas nacionalistas en México que dificultan las relaciones económicas y comerciales de los dos países”.

Lo peor que podríamos hacer como país es propiciar una espiral de enfrentamiento político, presuntamente convencidos de que van a ceder a nuestras pretensiones porque nos necesitan.

Ojalá la perspicacia y la información precisa sean las que guíen la respuesta mexicana y no los arranques nacionalistas de corrientes del gobierno, que alienten a la presidenta a engancharse en el enfrentamiento.

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