Coordenadas

La maldición del primer año

Enrique Quintana hace un repaso de cómo le fue a la economía de México con los últimos cinco presidentes. ¿Claudia Sheinbaum los superará?

Algo tienen los primeros años de cada sexenio: suelen traer más problemas que el resto de la administración.

Incluso si la economía mexicana creciera solo 1 por ciento en 2025, sería el mejor arranque en los últimos seis sexenios.

Hagamos un repaso de los primeros años desde Ernesto Zedillo y veamos qué conclusiones podemos extraer.

1. La crisis de 1995

Quienes lo vivimos, recordamos el colapso económico de 1995.

Aunque la explosión ocurrió en diciembre de 1994, su origen se gestó desde la rebelión zapatista en enero de ese año.

La quiebra del sistema bancario, el rescate vía Fobaproa, la devaluación del peso y la contracción de la economía marcaron ese primer año. El PIB cayó 5.9 por ciento, el peor desplome entonces, desde la Gran Depresión de los años 30.

2. El estancamiento del 2001

Quizás pocos lo recuerden, pero el primer año de Vicente Fox trajo consigo una recesión prolongada.

En 2000, la economía había crecido 5 por ciento tras un lustro de vigor post-TLCAN. Sin embargo, la incertidumbre por la transición presidencial y la desaceleración global frenaron la economía.

Desde el segundo trimestre de 2001, hubo cinco trimestres seguidos de contracción. El saldo del primer año: una caída del PIB de -0.5 por ciento.

3. La excepción de 2007

El primer año de Felipe Calderón fue el mejor arranque de los últimos cinco sexenios. Aunque el PIB creció solo 2.1 por ciento, se mantuvo estable gracias a la expansión de EE.UU. antes de la crisis de 2008 y la continuidad de políticas económicas.

Ni siquiera el conflicto postelectoral de 2006 afectó el desempeño económico.

4. El freno con Peña en 2013

El regreso del PRI en 2012 trajo consigo el “Pacto por México” y reformas estructurales. Pero el ajuste fiscal del primer año enfrió la economía.

El crecimiento de 2013 fue apenas de 0.9 por ciento, muy por debajo del 3.6 por ciento con el que cerró el sexenio anterior.

Aunque el PIB nunca despegó del todo, al menos se mantuvo en cifras positivas durante seis años.

5. El desencanto con AMLO en 2019

Durante la campaña, los voceros empresariales aseguraban que “el aeropuerto no se cancelaría”. Pero se canceló.

La confianza empresarial cayó en picada. En 2019, la economía se contrajo -0.4%, marcando otro inicio negativo de sexenio.

Por cierto, el balance sexenal fue de un crecimiento acumulado de 5 por ciento, lo que significa un promedio anual de 0.8 por ciento, la cifras más baja en todo este periodo.

¿Se puede romper la maldición?

Un mal primer año no siempre determina el rumbo.

Zedillo arrancó con el peor desplome y terminó con el mayor crecimiento. Peña Nieto nunca despegó, pero mantuvo estabilidad.

AMLO comenzó a la baja y terminó con un crecimiento apenas superior al 1 por ciento. Fue otra historia.

¿Podría la nueva administración de Claudia Sheinbaum romper esta tendencia?

Por lo pronto se ve muy complicado pues antes incluso de que se dieran todas las incertidumbres que trajo consigo el gobierno de Trump, el consenso marcaba un crecimiento de solo 1 por ciento.

Algunos suponen que si hay algún tipo de castigo arancelario a lo largo de este año el resultado estará por debajo de esa cifra. Incluso, si los aranceles fueran generalizados y duraderos, el dato sería negativo.

Pero por ahora, incluso un crecimiento de 1 por ciento en 2025 sería el mejor resultado para un primer año, en el periodo analizado, después del de Felipe Calderón en 2007.

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