Quien iba a ser secretario de Hacienda de AMLO convocó a bancos e inversionistas a una conferencia telefónica para la mañana del lunes 3 de julio de 2006, antes de la apertura de los mercados.
Se quería evitar que el presunto triunfo del candidato de la izquierda fuera a provocar desorden en el mundo de las finanzas.
Ya conocemos la historia. No se realizó dicha conferencia porque no se validó que AMLO hubiera ganado.
Ahora, casi 15 años después, quien iba a ser el encargado de evitar las turbulencias financieras entonces, llega con la tarea de llevar a buen puerto las finanzas nacionales en la segunda parte del sexenio.
Rogelio Ramírez de la O ha sido un destacado y exitoso consultor prácticamente toda su vida profesional, y después de la derrota de AMLO en 2006 no volvió a tomar responsabilidades formales relacionadas con López Obrador, aunque siempre estuvo cerca de él como consejero.
Es un economista muy conocido y reconocido en los círculos financieros y empresariales, del país y del mundo.
La confianza en él como titular de las finanzas del país se expresó en el comportamiento de la bolsa. El índice de la BMV se fue para arriba tras conocerse su nombramiento y aunque hubo una leve preocupación en el mercado cambiario, de inmediato llegó la tranquilidad.
Ramírez de la O será la gran apuesta de AMLO para asegurar que la segunda parte de su mandato concluya sin crisis financiera.
En el caso de Herrera, le dio virtualmente seis meses de vacaciones, pues el cambio en Banxico se realizará hasta el fin de diciembre de este año.
Algunos ya anticipaban el arribo de Herrera al Banco Central luego de que AMLO señaló que no ratificaría a Díaz de León.
Aunque algunos pudieran estar preocupados por la autonomía que tenga Banxico cuando el exsecretario de Hacienda llegue como su gobernador, hay que señalar que será la tercera vez que hay este tipo de movimientos.
En el pasado, Guillermo Ortiz y Agustín Carstens también brincaron de Hacienda a Banxico.
Y, por otro lado, en el caso del Banco Central, su gobierno depende de una junta, en la cual el gobernador solo tiene un voto.
Así que, no se percibe que la procedencia de Herrera vaya a amenazar la autonomía del Banco de México.
Pareciera que este primer movimiento de AMLO tras las elecciones, muestra una actitud sensata.
Ojalá que así siga.