Los modelos de análisis de firmas internacionales prediciendo un panorama cada vez más sombrío para el mundo, para los mercados y para la economía mexicana están generalizándose. Uno predice una recesión segura en EU, otro la caída adicional del 20 por ciento en los mercados accionarios globales, y el otro una devaluación inminente del peso mexicano, ¿tendrán razón?
Un modelo probabilístico de los economistas de Bloomberg, Anna Wong y Eliza Winger llegó a la conclusión de que la probabilidad de una recesión en Estados Unidos para el año entrante es del 100 por ciento. La última encuesta de Bloomberg entre los principales 42 analistas americanos concluye que la probabilidad de recesión para Estados Unidos es ahora del 60 por ciento. Los estrategas de los principales bancos de inversión americanos advierten que aún falta por ver un ajuste de alrededor del 20 por ciento en los mercados accionarios.
Por otra parte, un estudio de la calificadora Moody’s concluye que es inminente una corrección cambiaria del 20 por ciento en el peso mexicano, entre el último trimestre de este año y el 2023. La clave de su modelo es el alza de las tasas de interés esperada por parte de la Fed y su estrategia anunciada de contracción de la oferta de dólares; lo que significa el endurecimiento de la política monetaria para controlar la inflación. Replicando lo sucedido en el pasado en circunstancias similares el peso mexicano se ha devaluado, y hasta ahora es la moneda emergente más fuerte. Por lo tanto resulta lógico esperar una corrección de la magnitud expresada según sus conclusiones.
Es evidente que las expectativas se siguen descomponiendo en todo el mundo. Como estamos hablando del futuro, puede ser que algunos de los pronósticos sean demasiado pesimistas, pero también puede ser que se queden cortos. Déjeme decirle cuál es la perspectiva que tenemos en Bursamétrica.
En cuanto a las probabilidades de una recesión global y particularmente en Estados Unidos, coincidimos en que es muy alta. Quizás le asignaríamos una probabilidad del 90 por ciento. La Reserva Federal está actuando para inducirla. Y no solo advierte de que va a seguir incrementando las tasas a donde sea necesario, sino que las va a mantener elevadas por mucho tiempo, uno o dos años, hasta que estén seguros de que la inflación se haya corregido. Adicionalmente la Fed esta recogiendo dinero “disminuyendo la hoja del balance”, es decir, contrayendo la oferta de dólares en circulación, lo que implica el fortalecimiento del dólar contra todas las monedas y una tendencia potencial de reducción en los precios de los commodities, y de la energía.
Ahora bien, es muy importante aclarar que no se trata de una crisis global como la del 2008, la crisis hipotecaria en donde quebró el sistema bancario norteamericano y la industria automotriz, o la del 2020, como resultado de la pandemia del Covid-19. Nuestro escenario más probable es que se dé una recesión ligera y de una duración de unos tres trimestres.
En cuanto a los mercados financieros, lo que estamos viviendo es la contraparte de la gran burbuja que se dio en los mercados ante la política monetaria y fiscal extremas que se siguieron en casi todo el mundo ante la pandemia. Los mercados financieros y de commodities se inflaron ante una brutal inyección de medios de pago. Ahora, al estarse contrayendo la oferta monetaria global y subiendo el costo del dinero, los precios de todos los mercados tienden a bajar, empezando por los mercados financieros. Ante tasas de interés aún más altas en el futuro, y una probable caída de las utilidades de las empresas para el 2023, de por lo menos un 10 por ciento anual, todavía tenemos que ver caídas adicionales en los mercados accionarios. Coincidimos con otros estrategas internacionales que la tendencia bajista todavía tiene un largo tramo que recorrer. Esperamos ver una baja adicional hasta el segundo trimestre del 2023 de alrededor de un 20 por ciento en los principales mercados accionarios del mundo. En el segundo semestre del 2023 es muy probable que los mercados empiecen a recuperarse en plena recesión, descontando el nuevo ciclo de bonanza económica.
Por lo que respecta al peso mexicano, ante la contracción monetaria de la Reserva Federal, el peso debe tender a debilitarse, pero no creemos que este debilitamiento sea superior al 20 por ciento, a no ser que la recesión americana sea mucho más profunda.
Comparativamente tenemos un equilibrio fiscal mucho mejor que el de varios países que se sobreendeudaron durante la pandemia; el sistema bancario mexicano está muy bien capitalizado. Como contraparte, el factor del riesgo político y el de la inseguridad sí son una amenaza latente para el equilibrio macroeconómico y financiero del país, que puede incidir en un debilitamiento adicional en el peso mexicano. Si vemos al dólar tocando arriba de 22 pesos, con un promedio de 21.50 pesos por dólar, pero no los 24 pesos que ve Moody´s.
El autor es presidente de Bursamétrica.