Este martes 8 de noviembre son las elecciones a medio término (midterms) en Estados Unidos. Lo que se juega de por medio puede tener repercusiones trascendentales para el futuro del país y del mundo. Y en el caso de México, también puede representar la clave de nuestro futuro en varias cuestiones.
La elecciones a medio periodo presidencial son sumamente relevantes en la historia política de Estados Unidos. Se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes con 435 escaños, 35 de los 100 senadores y 36 gobernadores de los estados de la Unión.
Actualmente los demócratas de Biden poseen la mayoría de la Cámara baja con 220 representantes; y una mayoría simple de facto en la de Senadores, ya que aunque solo cuentan con 50 por ciento de los legisladores, el voto definitorio lo ejerce la vicepresidenta Kamala Harris.
Los factores claves que están influyendo en la votación de los ciudadanos son la economía y la inflación. Si bien Estados Unidos se encuentra de nuevo en pleno empleo, con una actividad que recuperó los niveles de pandemia desde 2021, la inflación más elevada en los últimos 40 años y las expectativas de que Estados Unidos caiga en una recesión inducida por el propio Banco de la Reserva Federal que está tratando de controlarla, son factores que le juegan en contra al Presidente. Haber soltado millones de barriles de la Reserva Estratégica, para reducir el precio del petróleo, haber impulsado su programa fiscal y ecológico por 1.92 billones de dólares junto con la condonación de 20 mil dólares a los créditos universitarios, la iniciativa a favor del aborto, las restricciones a la venta de armamento, y las leyes antiinmigrantes, no han sido suficientes para lograr el apoyo de los electores para mantener el control del Capitolio.
De acuerdo con la estadística histórica y a lo que expresan diversas encuestas, como Five Thirty Eight, el escenario más probable es que los republicanos recuperen el control de la Cámara baja, y que el Senado siga estando controlado por los demócratas. Si los republicanos ganan la Cámara baja el 8 de noviembre, la mayoría del Partido Republicano elegirá a un nuevo presidente de la Cámara de Representantes (Kevin McCarthy) que asumirá el poder el 3 de enero de 2023. Los republicanos presidirán todas las comisiones, marcarán la agenda y decidirán qué iniciativas van al pleno de la Cámara de Representantes.
Este escenario también es favorable para Trump, que ha sufrido los intentos que han lanzado los demócratas de hacerlo rendir cuentas por la insurrección en el Capitolio federal del 6 de enero de 2021 y por su situación fiscal personal. La gran mayoría de los republicanos que se reelijan, así como una buena parte de aquellos que esperan ganar un primer periodo, son leales a Trump y han seguido su ejemplo en sus políticas y posturas.
Las prioridades demócratas como el acceso al aborto, el combate al cambio climático y un mayor control en la venta y tenencia de armas de fuego quedarían marginadas. Y la mayor parte de la agenda del presidente Joe Biden quedaría muerta para los últimos dos años de su mandato.
De todas formas, nada pasa a ser ley sin la firma de Biden. El Presidente tiene el poder del veto. Las iniciativas para financiar al Gobierno, elevar el límite de la deuda y lidiar con temas militares son necesarios para que el Gobierno funcione. Esas iniciativas posiblemente se convertirán en puntos álgidos durante las negociaciones entre republicanos, demócratas y la Casa Blanca.
El segundo escenario es que los demócratas pierdan tanto el control de la Cámara baja como del Senado. Este escenario pondría en graves aprietos para sus aspiraciones de reelección al presidente Biden, que tendría como salida el dedicarse a promover la agenda con el exterior. En este escenario veríamos mayor actividad de los aliados republicanos de la extrema derecha como la representante Marjorie Taylor Greene, a quien los demócratas la restringieron en comisiones debido a sus discursos con posturas extremistas, pero que formaría parte de una amplia mayoría gobernante en una Cámara de Representantes controlada por los republicanos. Greene estaba detrás de McCarthy cuando éste presentó el Commitment to America en Pensilvania hace unas semanas.
El tercer escenario, el menos probable, es que los demócratas y el Presidente mantengan el control de ambas cámaras, le daría un gran impulso a todas sus iniciativas, y por lo tanto también implicaría una mayor probabilidad a que Biden pudiera reelegirse.
A México le convendría más este último escenario, ya que el riesgo de que un Congreso republicano se ponga más exigente contra México en las cuestiones fronterizas migratorias, del comercio de drogas, anticorrupción, y de las violaciones al T-MEC, nos puede traer mucho más dolores de cabeza que el statu quo vigente. Desafortunadamente las probabilidades más elevadas se sitúan en el primer escenario.
El autor es presidente de Bursamétrica.