El viernes pasado fueron presentados al Congreso por parte de la SHCP, como lo marca el límite de la Ley, los “Pre-Criterios 2024″. En ellos se plantea generalmente alguna revisión al escenario del presente ejercicio fiscal, y se esbozan los supuestos sobre los cuales se planteará en septiembre el “Paquete Económico 2024″; que consta de los “Criterios Generales de Política Económica” para la elaboración del “Presupuesto de Egresos de la Federación” y la “Ley de Ingresos”. En el documento hay algunos mensajes que vale la pena analizar.
Con el malabarismo alfanumérico que habitualmente utiliza Hacienda para presentar un escenario optimista y a la vez realista, en el mismo se plantea que “la economía crecerá en 3.0 por ciento anual tanto en 2023 como en 2024, con rangos que van de 2.2 a 3.0 por ciento para el año en curso y de 1.6 a 3.0 por ciento para 2024. En el caso de 2023, no cambia la estimación puntual (3.0 por ciento) presentada en el Paquete Económico 2023, debido a que los supuestos sobre el comportamiento de la economía global se mantienen. No obstante, el nivel mínimo de crecimiento se ajustó al alza, pasando de 1.2 a 2.2 por ciento, mientras que la media del pronóstico pasó de 2.1 a 2.6 por ciento como resultado del buen desempeño de la economía mexicana que da un piso de crecimiento mayor”.
El sorprendente desempeño de la economía estadounidense durante los últimos cuatro meses se ha reflejado en una mayor actividad económica en México. Con nuestros indicadores económicos anticipados (IBEM e IBAM) en Bursamétrica estamos estimando un crecimiento de 3.5 por ciento anual para el primer trimestre, lo que nos ha llevado a revisar al alza nuestras estimaciones de una caída del PIB para este año, a un incremento de entre 1.7 por ciento a 2.0 por ciento anual para todo este año.
Pero el mensaje más importante que da Hacienda es refrendar su compromiso de mantener el coeficiente de deuda/PIB inferior a 50 por ciento hasta el término de la administración, y garantizar así una transición ordenada de fin de sexenio (en lo económico). “En finanzas públicas, México mantendrá una posición sólida hacia el cierre de la administración. Se han registrado ganancias permanentes en la recaudación tributaria; prueba de ello es que los ingresos tributarios sin IEPS de combustibles aumentaron 1.4 por ciento del PIB entre 2018 y 2022.” “Se estima que en 2023 la deuda pública de México alcanzará 49.9 por ciento del PIB y se mantendrá constante en 2024″.
Para esto, se plantea realizar una reducción en el resultado fiscal de 2024, por debajo de 3.0 por ciento/PIB. “Se prevén déficits presupuestarios de 3.7 y 2.7 por ciento del PIB para 2023 y 2024, respectivamente”. Para lograrlo, Hacienda se compromete a lograr un superávit primario el año entrante. (El resultado primario es la diferencia entre todos los ingresos menos todos los gastos sin los intereses de la deuda pública). “En 2023, el déficit primario será de 0.1 por ciento del PIB y en 2024 se espera un superávit primario de 0.7 por ciento del PIB. Los requerimientos financieros del sector público alcanzarán este año 4.2 por ciento del PIB y 3.2 por ciento el siguiente, lo que implica una reducción del 1.0 por ciento/PIB.
En relación a los ingresos presupuestarios del sector público se espera que en este año se logre un incremento real anual de 0.7 por ciento, impulsados por un crecimiento real de 13.6 por ciento en la recaudación tributaria, principalmente. Para 2024, los ingresos estimados serán un 2.8 por ciento mayores a los previstos para este año.
En cuanto al gasto público, sujeto al control presupuestario (lo que excluye el pago de la deuda, las participaciones federales y las ADEFAS), se estima que registrará una disminución de 3.1 por ciento real anual en 2023. Para 2024, se contempla una caída de 2.1 por ciento real anual con respecto a la estimación de 2023, debido principalmente a la terminación de los principales proyectos insignia de esta administración.
Estas ambiciosas metas se dan a pesar del fuerte incremento en el costo financiero de la deuda ante el incremento de las tasas de interés. “Aunque el costo financiero aumentará en 21.2 mil millones de pesos en 2023, no representa un riesgo para las finanzas públicas. Se espera una reducción de 2.8 por ciento real anual en 2024 con respecto a la estimación de 2023 ante la expectativa de una relajación anticipada de la política monetaria”.
Esta programación preliminar esta sujeta a que no se dé una recesión en Estados Unidos, lo que nos llevaría a una recesión más profunda en México. Con los incrementos que se están teniendo en las tasas de referencia de los bancos centrales, y la menor disponibilidad de financiamiento resultado de la crisis bancaria, el escenario de recesión para 2024 ha incrementado sus probabilidades a más de 50 por ciento.
El autor es presidente de Bursamétrica.