El conjunto de indicadores recientemente reportados tanto para la economía norteamericana como para la de México nos están confirmando un nuevo y sorpresivo impulso en la actividad económica.
En el caso de Estados Unidos se destaca la revisión del Producto Interno Bruto (PIB) al primer trimestre, que originalmente se estimaba en 1.3 por ciento anual, ahora se calculó en 2.0 por ciento real anual en el 1T-2023, inferior al 2.6 por ciento del 4T-2022, según la Oficina de Análisis Económico. Un ajuste al alza de las exportaciones y en el gasto del consumidor resultó en un crecimiento mayor. La solidez del mercado laboral ayudó a apuntalar la economía en el primer trimestre, a través de un mayor consumo que compensó el lastre de una fuerte desaceleración de la inversión en inventarios por parte de las empresas.
Los pedidos de bienes duraderos aumentaron en mayo por tercer mes consecutivo, según el Departamento de Comercio al aumentar en 1.7 por ciento desde el 1.2 por ciento de abril, impulsados por aumentos del 32.5 por ciento en los pedidos de aviones civiles, del 2.2 por ciento en los de vehículos y motores, del 1.7 por ciento en pedidos de equipos electrónicos y electrodomésticos y del 1.0 por ciento en los de maquinaria. Los pedidos de bienes de capital que no son de defensa excluyendo aeronaves, un indicador de los planes de gasto de las empresas, aumentaron 0.7 por ciento en mayo desde un revisado de 0.6 por ciento de abril, a pesar de los mayores costos de endeudamiento.
Las ventas de casas nuevas se dispararon 12.2 por ciento en mayo a una tasa anual ajustada estacionalmente de 763 mil unidades, luego de moderar su avance en abril al 3.5 por ciento, para alcanzar su nivel más alto desde febrero de 2022. A tasa anual, las ventas de casas nuevas fueron 20 por ciento mayores a las de mayo de 2022.
El gasto de consumo personal aumentó 0.1 por ciento en mayo luego de subir 0.4 por ciento en abril. El índice de precios PCE subyacente, que elimina alimentos y energía, se moderó al 4.6 por ciento anual desde el 4.7 por ciento, aunque se mantiene lejos del 2.0 por ciento anual que tiene como objetivo la Reserva Federal. El PCE general bajó al 3.8 por ciento anual desde el 4.3 por ciento de abril. El ingreso personal aumentó 0.4 por ciento en mayo desde el 0.3 por ciento de abril.
El índice de confianza del consumidor del Conference Board subió en junio a 109.7 puntos desde los 102.5 en mayo, para anotar su lectura más alta desde enero de 2022. Las expectativas de los consumidores sobre la inflación a 12 meses cayeron al 6.0 por ciento desde el 6.1 por ciento del mes pasado, el mínimo desde diciembre de 2020.
Los datos económicos más fuertes de lo esperado, aumentan la probabilidad de que la Reserva Federal reanude su campaña de aumento de tasas, después de la pausa de la reunión de junio.
En México conocimos el IGAE de abril que aumentó 3.3 por ciento tras desacelerarse al 2.7 por ciento en marzo. El sector primario mejoró su crecimiento al 3.0 por ciento anual, al igual que los servicios con un fuerte 4.1 por ciento anual, mientras que la industria presentó una desaceleración al crecer 1.6 por ciento anual. De enero a abril de este 2023 el IGAE aumentó 3.4 por ciento en promedio anual.
De acuerdo a nuestro indicador oportuno de la economía de México, el IBAM, Bursamétrica estima un incremento del 2.9 por ciento real anual para mayo pasado, y un incremento del 1.7 por ciento real anual para la producción industrial. Es probable que el PIB al segundo trimestre también supere el 3.0 por ciento de crecimiento anual.
Las estimaciones de mayo se apoyan en las excelentes cifras reveladas en la balanza comercial de mayo, en donde se redujo el déficit comercial a solo 74 millones de dólares, mientras que en mayo del 2022 se reportaron -2 mil 256 millones. Las exportaciones aumentaron 5.8 por ciento anual, con un crecimiento de 8.6 por ciento en las exportaciones no petroleras y una caída de 28.2 por ciento en las petroleras. En las no petroleras, las manufactureras repuntaron en 9.5 por ciento por un salto de 26.3 por ciento en las automotrices, y las agropecuarias avanzaron 4.9 por ciento. Por su parte, las importaciones aumentaron 1.4 por ciento anual, combinando un alza de 7.8 por ciento en las no petroleras y una caída de 40.1 por ciento en las petroleras. Por tipo de bien, las importaciones de bienes de consumo subieron 13.5 por ciento, las intermedias cayeron 2.8 por ciento y las de bienes de capital mejoraron en 24.1 por ciento.
El INEGI informó que la tasa de desempleo aumentó en mayo a 2.96 por ciento desde el 2.87 por ciento de abril. En mayo de este año el 60.0 por ciento de la población de 15 años y más en el país se ubicó como económicamente activa (tasa de participación), tasa menor al 60.2 por ciento del mes inmediato anterior. De esta población el 58.5 por ciento es la población ocupada, mientras que la tasa de informalidad laboral subió al 55.20 por ciento en mayo comparada con el 54.85 por ciento de abril.
El crédito que otorgó la banca comercial al sector privado en el mes de mayo se desaceleró por segundo mes consecutivo por los menores préstamos a las empresas. Su monto en 5 billones 641 miles de millones de pesos, implicó una ganancia real anual de 5.1 por ciento vs el 5.5 por ciento que observó el mes previo.
Este nuevo cúmulo de cifras positivas hacen que la expectativa sobre una posible recesión se retrase mucho más tarde. Bursamétrica está focalizando el inicio de la recesión para el segundo trimestre del 2024.
El autor es presidente de Bursamétrica.