Es inminente el inicio de la segunda administración del presidente Trump en la Casa Blanca. Desde los discursos de campaña, Donald Trump prometió una serie de acciones que podrían afectar enormemente a México, y al mundo entero, aunque algunas de ellas también pueden ser nuevas oportunidades de inversión y de negocios.
Más recientemente, ya como presidente electo, no ha dejado de hacer declaraciones sobre diversos temas, y contra distintos países que han merecido contestaciones fuertes por parte de diversos jefes de Gobierno. Amenazas como la de no volver a mandar ayuda a Ucrania, o de retomar el control del Canal de Panamá, comprar Groenlandia, o la de catalogar a los cárteles de la droga mexicana como criminales, o sobre la intención de concretar la deportación masiva de inmigrantes ilegales más grande de la historia, así como la implantación de aranceles.
La cuadrilla de funcionarios nombrados por Trump, desde el Vicepresidente J. D. Vance, el secretario de Estado, Marco Rubio, Stephen Miller como subdirector de Políticas, Tom Homan en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, Howard Lutnick como secretario de Comercio, hasta Ronald Johnson veterano de la CIA y ex Boina Verde, como Embajador en México, parecen presentar una mano dura contra México. Ante este cuadro fantasmagórico, la pregunta evidente es ¿estamos preparados para lo que viene? ¿No deberíamos tener un plan ante lo que puede darse?
Excluyendo posibles decisiones y eventos de carácter geopolítico, de sus distintas promesas y discursos, podemos clasificar los posibles eventos de riesgo económico en dos principales grupos: los que tienen que ver directamente con México y las decisiones más generales que afectarán al mundo si se concretan.
Estos son los que tienen que ver con México:
1. Deportación masiva de ilegales: una acción altamente probable. ¿Qué tenemos preparado para recibir a cientos de miles de migrantes en nuestro territorio?
2. Imposición de aranceles generalizados de hasta un 25 por ciento si incumplimos metas impuestas de control de migrantes y de flujo de fentanilo.
3. Intención de poner un impuesto a las remesas familiares.
4. Posible imposición de una mayor integración regional en nuestras exportaciones y excluyendo el capital chino.
5. Intención de reabrir el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica antes de la revisión programada en el propio tratado para 2026.
6. Acciones extraterritoriales contra los cárteles de la droga.
En cuanto a las medidas que pudieran afectar a todo el mundo, están estas cuatro como las principales:
a. Arancel general de 10 por ciento para las importaciones provenientes de todos los países.
b. La posible reducción de la tasa de impuesto sobre la renta corporativa de 21 a 15 por ciento.
c. Impulso y preferencia por los hidrocarburos en relación a las energías renovables.
d. Profundización de la guerra comercial contra China.
Es evidente que México necesita un plan de acción y contención ante todos estos riesgos. Por razones de espacio es imposible el mencionar qué podría plantearse para cada uno de estos factores, pero nos concretaremos a mencionar algunas sugerencias generales que creemos deberían incluirse en un plan de contingencia de gran alcance.
1. Presentar un programa de gobierno creíble, consistente y con énfasis en la disciplina fiscal y en el crecimiento económico.
2. Plantear una revisión profunda del régimen fiscal vigente en México de tal suerte que sea mucho más competitivo, que genere mayor recaudación y al mismo tiempo mayor inversión y mayor actividad económica. Es decir, una política fiscal ofertista.
3. Tener listos los equipos de defensa y las estrategias a adoptar ante las instancias del T-MEC para solicitar los paneles de controversias que sean necesarios para contrarrestar las imposiciones proteccionistas unilaterales de Trump.
4. Implementar una política integral de riesgos financieros para el gobierno federal.
5. Fortalecer el Estado de derecho y respetarlo a todos niveles.
6. Reforzar las acciones de seguridad, combatir el derecho de piso, la extorsión, y la corrupción.
7. Impulsar el desarrollo de sectores estratégicos, con una política industrial activa.
8. Revisar el marco regulatorio del sistema financiero para lograr una mayor profundidad y eficiencia en el mismo.
Aprovecho para desear a nuestros lectores un Año Nuevo lleno de salud, amor y bendiciones.