Economía empresarial

El panorama de la economía mundial

La guerra entre Rusia y Ucrania ha generado dificultades económicas que se añaden a una delicada recuperación post-pandemia.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó recientemente su informe de perspectivas de la economía mundial (World Economic Outlook). Este documento contiene un interesante análisis de la situación actual y de la perspectiva a futuro de la economía internacional. La coyuntura económica es crítica porque la guerra entre Rusia y Ucrania ha generado dificultades económicas que se añaden a una delicada recuperación post-pandemia con importantes retos como lo son una creciente inflación, una elevada deuda pública y altos niveles de desempleo.

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la guerra en Ucrania afecta a la economía mundial a través de los mercados de materias primas, del comercio internacional y de canales financieros. Por un lado, la guerra está afectando negativamente el crecimiento económico y, por otro, está generando presiones inflacionarias a través de mayores precios de energía y alimentos.

En lo referente al crecimiento económico, el FMI proyecta un crecimiento del 3.6% para la economía mundial en 2022. Este pronóstico es 0.8 puntos porcentuales menor que el que la misma institución tenía en enero de este año. Sin embargo, es importante considerar que hay mucha incertidumbre con respecto al desempeño futuro de la economía mundial y la mayoría de los riesgos son negativos. Los pronósticos del fondo asumen que la guerra seguirá estando confinada a Ucrania, que no habrá más sanciones económicas para Rusia relacionadas con el sector energético y que los efectos económicos y de salud relacionados con la pandemia continuarán abatiéndose durante el año. Desgraciadamente, no hay forma de asegurar que estas condiciones se darán en el futuro y podrían implicar un menor crecimiento que el que se espera actualmente.

En cuanto a la inflación, el informe de perspectivas de la economía mundial pronostica que el incremento de precios será de 5.7% en las economías avanzadas y de 8.7% en los mercados emergentes y economías en desarrollo. Esto implica un incremento en el pronóstico de 1.8 y 2.8 puntos porcentuales, respectivamente, con respecto a la proyección de enero de 2022. También el balance de riesgos para la inflación es negativo en el sentido de que hay varios factores que pudieran impactar en mayores precios.

Un tema importante es que el Fondo Monetario Internacional llama la atención acerca de la dificultad que enfrentarán las autoridades económicas de muchas economías para mantener el balance en dos sentidos. Por un lado, las políticas encaminadas a controlar la inflación pueden afectar negativamente a la recuperación del crecimiento post-pandemia. Por otro lado, la pandemia ha implicado un aumento del gasto público en diversos países para aminorar la caída de la actividad económica y ayudar a los más necesitados a pasar por la coyuntura de menores ingresos y mayor desempleo. Es importante reconstruir un balance fiscal con un superávit o un menor déficit en varios países, pero necesita balancearse con la necesidad de apoyar a los más necesitados mientras las economías se recuperan del impacto económico de la pandemia.

En el caso particular de México, el FMI espera un crecimiento de 2% para 2022. Este pronóstico es 0.8 puntos porcentuales menor al de enero de este año. Esto es consistente con lo que esperan los especialistas en economía encuestados cada mes por Banco de México. Estos especialistas esperan, en promedio, un crecimiento de 1.76% para 2022, cuando en enero esperaban una expansión de 2.27%. En la misma encuesta, también se han deteriorado las expectativas de inflación para nuestro país al pasar de 4.31% en enero a 5.56% en marzo. Es decir, el crecimiento que se espera es insuficiente y la inflación es muy elevada. Además, las perspectivas en ambos sentidos se han deteriorado continuamente.

Desafortunadamente, la situación económica mundial es más desfavorable hoy de lo que podía preverse al inicio del año. El panorama internacional implica el doble problema de mayor inflación y menor crecimiento lo que hace particularmente complicada la respuesta de política económica en las diversas economías. México no es la excepción en este sentido. Las expectativas de crecimiento se han reducido mes a mes, mientras que las proyecciones de inflación han aumentado también consistentemente. Como se ha mencionado, la respuesta apropiada de política monetaria y fiscal no es sencilla. Sin embargo, es importante recordar que la política monetaria en nuestro país debe enfocarse en controlar la inflación mientras que la política fiscal debiera enfocar el gasto público en las necesidades de las familias más vulnerables.

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