A mediados de mayo colapsó el sistema Terra y su criptomoneda, Luna, con lo que se perdieron 40 mil millones de dólares en unos cuantos días. Luna se desplomó al pasar de un precio de 86 dólares el 4 de mayo a 0.000015 dólares el 13 de mayo de este año. Este evento ha llevado a muchos a preguntarse si este evento es el primero de un conjunto de colapsos que puedan acabar de una vez por todas con el mundo de las criptomonedas. ¿Qué podemos concluir de la debacle de este sistema?
Un primer paso es comprender la razón de ser del sistema Terra y su funcionamiento. El propósito de Terra era ofrecer una moneda estable (Stablecoin) llamada TerraUSD o UST. Una moneda estable es una moneda digital con un valor fijo con respecto a un activo, típicamente el dólar estadounidense. De esta forma, la moneda UST tenía un valor de un dólar. Muchas monedas estables logran esta paridad acumulando reservas de activos, principalmente dólares, lo que les permite garantizar el valor de su moneda. Sin embargo, UST es una moneda estable algorítmica (basada en un algoritmo).
El algoritmo de Terra busca la paridad con el dólar a través de oportunidades de arbitraje y aquí es donde la criptomoneda Luna juega un papel importante. Se entiende mejor con un ejemplo, pero primero es importante saber que el protocolo de Terra permite intercambiar un UST por un dólar de Luna creando o destruyendo UST y Luna en el proceso.
Ahora sí, un ejemplo numérico nos puede ayudar a entender el sistema. Supongamos que UST pierde su paridad con el dólar y su valor es de 99 centavos. En ese caso, yo puedo comprar un UST por 99 centavos de dólar y adquirir el equivalente a un dólar de Luna con ese UST, vendo la cantidad de Luna que obtuve (que vale un dólar) y así obtengo un dólar pagando sólo 99 centavos y hago una ganancia de un centavo. Pero para cambiar el UST por Luna, se quema (destruye) un UST y se acuña (crea) la cantidad de Luna equivalente a un dólar. Esta destrucción de UST hace que se vuelva escaso y que aumente su valor hasta que recupere el valor de un dólar … ¡en teoría! En la práctica, esto dejó de funcionar el mes pasado y el valor de UST pasó ser prácticamente un dólar el 9 de mayo a sólo 17 centavos tres días después.
¿Qué fue lo que salió mal? La caída en el precio de Luna y de UST se reforzaron mutuamente en lo que se conoce como una espiral de la muerte. El precio de Luna, como el de otras criptomonedas, empezó a caer antes que el UST perdiera su paridad. Cuando empezó a caer el precio de UST, convenía vender UST (y quemarlo) y comprar Luna (acuñar nuevas monedas). Pero el precio de Luna, que ya estaba disminuyendo, se desplomó cuando se crearon nuevas monedas. La cantidad de Luna en el mercado pasó de 325 millones antes de este problema a 25 mil millones el 12 de mayo y a 6.5 billones el 16 de mayo. De esta forma, la caída en el precio de UST reforzó la caída de Luna (a través de una mayor oferta) y la caída en el precio de Luna dificultó que UST regresara a un equilibrio con el dólar.
¿Qué se puede aprender de todo esto y qué implicaciones tiene para otras criptomonedas y monedas estables? Por un lado, esta situación es específica del sistema creado por Terra y no implica que haya problemas con otras criptomonedas o con otras monedas estables que tienen sistemas diferentes para mantener su paridad con el dólar. Sin embargo, sí ha habido un cierto contagio por el nerviosismo que genera un evento de esta naturaleza. Esto se puede apreciar, por ejemplo, en que el Ether perdió más de un tercio de su valor el mes pasado.
Por otro lado, esta historia también muestra que puede haber fallas graves en el diseño de algunas criptomonedas y otros sistemas basados en la cadena de bloques. Muchos de los desarrollos son todavía recientes y complejos y es difícil evaluar claramente su modelo de generación de valor y, sobre todo, sus riesgos. Me parece que lo sucedido con Terra no implica que otros desarrollos basados en la cadena de bloques no tengan valor, pero también creo que esto nos debe recordar la importancia de mostrar cautela frente a proyectos basados en cadenas de bloques que no entendemos a fondo o que no están suficientemente probados.