La inflación se ha reducido en más de 4 puntos porcentuales desde su punto más alto en agosto de 2022. Le faltan sólo 1.64 puntos porcentuales más para llegar a la meta de 3 por ciento del Banco Central. Parece fácil, pero lo que falta no es tan sencillo porque falta controlar la parte más estable de la inflación que es la subyacente. ¿Cuándo se podrá alcanzar la meta de inflación?, ¿qué tan cerca estamos de dejar atrás este periodo de crecimiento acelerado en los precios?
La respuesta hay que buscarla en la parte subyacente de la inflación, que es la que agrupa a los bienes y servicios, cuyos precios son menos volátiles. Por su naturaleza, estos precios cambian de una forma más gradual que la parte no subyacente. Está última, que incluye bienes agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, es la responsable de la mayor parte de la reducción en la inflación hasta ahora.
La inflación no subyacente pasó de 10.6 por ciento en agosto de 2022 a 0.37 por ciento un año después impulsada, principalmente, por una caída en el precio de los energéticos que acumulan una caída anual de 5.99 por ciento a agosto de 2023. Esto significa que esta parte de la inflación ya no puede contribuir mucho más a la reducción en la inflación.
Por su parte, la inflación subyacente, que explica alrededor de tres cuartas partes de la inflación general, alcanzó su punto más alto en noviembre de 2022 (8.51 por ciento) y se ha reducido más lentamente que la no subyacente, como era de esperar. Ha bajado en 2.4 puntos porcentuales y le faltan otros 3 puntos porcentuales para llegar a la meta de 3 por ciento.
¿Qué tan difícil será la convergencia de la inflación subyacente a la meta? Si revisamos sus principales componentes notaremos un comportamiento desigual. Prácticamente toda la reducción en la inflación subyacente ha venido de la parte de mercancías, mientras que los servicios prácticamente presentan la misma variación de precios que un año antes. De hecho, al interior de los servicios, sigue aumentando la inflación relacionada con vivienda y educación. Esto nos muestra que no todos los precios están moderando su crecimiento y lo que suceda hacia adelante depende, en parte, de que se logre reprimir el aumento de estos precios.
Ahora bien, ¿qué podemos esperar para el cierre de 2023? Los especialistas en economía del sector privado encuestados por Banco de México esperan que la inflación subyacente sea de 5.24 por ciento en diciembre de este año. Por su parte, un pronóstico que simplemente extrapola la reducción de la inflación subyacente de los pasados 12 meses hacia adelante, implica que la subyacente cerraría el año en alrededor de 4.5 por ciento. Una diferencia considerable con respecto a lo esperado por los especialistas.
De concretarse este último escenario, la inflación general podría cerrar el año por debajo de 4 por ciento. Por su parte, los especialistas encuestados por el Banco Central esperan una inflación general para diciembre de este año de 4.66 por ciento. Hay varios factores que pueden explicar que los especialistas esperen un menor ritmo en la reducción en la inflación que un pronóstico que extrapola el pasado. Entre estos factores podrían estar el comportamiento reciente de los precios de los servicios y el hecho de que el último tramo en la reducción de la inflación suele ser más difícil.
Personalmente, me ha sorprendido el ritmo de reducción de la inflación subyacente en los últimos meses. Afortunadamente, la reducción en la inflación puede seguir sorprendiéndonos para bien. La inflación subyacente podría cerrar el año por debajo de 5 por ciento y la general por debajo del 4 por ciento. Sin embargo, el último tramo de reducción de la inflación hacia el 3 por ciento puede ser el más difícil por lo que Banco de México tiene que ser cauteloso y no cantar victoria demasiado pronto.