El avance de las aplicaciones de la inteligencia artificial (IA) en los negocios es evidente. Esto puede traer importantes ganancias de productividad e impactar positivamente en el desarrollo económico. Sin embargo, existe la constante preocupación de que desaparezca una importante cantidad de puestos de trabajo por el avance tecnológico. ¿Qué nos dicen las estimaciones más recientes acerca de los trabajos en riesgo?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó recientemente un estudio aplicado a 142 países en el que estima la proporción de puestos de trabajo con alta exposición a los avances de la inteligencia artificial (Gen-AI: Artificial Intelligence and the Future of Work). Más específicamente, en el documento se encuentran los puestos de trabajo de alta exposición, es decir, los que con más probabilidad serán impactados por la IA, divididos en dos grupos: los de alta complementariedad, que son los permiten a las personas conservar su trabajo y aumentar su productividad con el uso de la IA; y los de baja complementariedad, que son aquellos en los que la IA puede sustituir a las personas.
De acuerdo con el FMI, el 40 por ciento de los trabajos en el mundo tienen una alta exposición a la inteligencia artificial. Como se mencionó anteriormente, el impacto en pérdidas de puestos de trabajo y salarios depende de la complementariedad entre la inteligencia artificial y las personas. En este sentido, hay mucha variación dependiendo del grado de desarrollo económico de los países.
Las economías de bajos ingresos sólo tienen un 8 por ciento de trabajos con alta exposición y alta complementariedad y un 18 por ciento con alta exposición y baja complementariedad. Es decir, en principio, sólo este 18 por ciento de los trabajos están en riesgo de perderse por la IA. ¿Por qué se da este resultado? Porque, a diferencia de cambios tecnológicos previos, los trabajos con mayor exposición a la IA son los de mayor contenido cognitivo y sofisticación, y este tipo de trabajo es más escaso en los países con bajos ingresos.
En el otro extremo, las economías avanzadas son las que más puestos de trabajo pueden perder (33 por ciento del total), pero también las que más pueden ganar en productividad (27 por ciento son trabajos con alta exposición y alta complementariedad). Por su parte, los países emergentes como México están en una situación intermedia, con 24 por ciento de trabajos en riesgo de desaparecer y un 16 por ciento de ocupaciones que pueden verse beneficiadas por el uso de la inteligencia artificial.
En cuanto al tipo de ocupación y su exposición a la inteligencia artificial, el FMI encuentra que los trabajos con menor exposición a la IA son trabajadores agrícolas, operarios de maquinaria, artesanos y ocupaciones elementales. En contraste, los trabajos con más riesgo de ser reemplazados por la IA son trabajadores de oficina, técnicos y trabajadores en servicios y ventas. Por último, directores, gerentes y profesionales (de la salud, legales, de la tecnología, profesores, etcétera) son los que más pueden beneficiarse de integrar el uso de IA en sus labores.
Adicionalmente, el FMI hizo un estudio detallado en un menor grupo de países y encontró que las personas con estudios universitarios y las mujeres son quienes están más expuestas al impacto de la inteligencia artificial, tanto en ocupaciones con alta como con baja complementariedad. Es decir, en este grupo de personas están las que tienen más riesgo de perder su empleo, pero también las que más pueden beneficiarse con el uso de la IA.
Es importante recalcar, como lo hace el FMI, que las estimaciones son de efectos a corto plazo y mediano plazo. Los cambios en la estructura económica derivados de la IA pueden crear nuevas industrias y puestos de trabajo, y sustituir lo que conocemos. De esta forma, en un plazo mayor, los cambios son todavía más difíciles de predecir. Por otro lado, los resultados no están predeterminados, las ganancias derivadas de la IA dependerán de la inversión que se haga tanto en el desarrollo de la tecnología y su uso, como en educación y en entrenamiento en nuevas habilidades. Efectivamente, las ganancias en productividad dependen de que las personas tengan las habilidades para usar eficientemente la IA. A nivel personal debemos asegurarnos de contar con estas habilidades y buscar formas de aprovechar la IA para mejorar nuestra productividad.