Leer es poder

Unidad

¿Votaste por AMLO en 2018? ¿Te diste cuenta de lo que realmente representa su gobierno? Bienvenido. La gran fuerza de la oposición tiene que ser su generosidad inclusiva.

No importa si en 2018 votaron por López Obrador por cálculo o por ignorancia, porque querían creer o porque pensaban que, en un país tan desigual, ya le tocaba a la izquierda; no importa, lo realmente importante es que hoy declaran que ya se dieron cuenta del engaño. Hijos pródigos de la democracia, están de vuelta. Incorporémoslos a las filas de los que queremos un cambio de gobierno.

A las filas de los que antes de 2018 advertimos lo que vendría, un mesías tropical iluminado, poco eficaz, con hambre de poder y resentimiento; a las filas de los que le concedieron el beneficio de la duda, les falló y ahora son consientes de ese error; a las filas de los que fueron más lejos, trabajaron para él, desde dentro vislumbraron el desastre y decidieron deslindarse; a las filas de ciudadanos normalmente indiferentes pero que ahora está despiertos, participan en marchas, animan conversaciones; a las filas, en fin, de los que no militamos en ningún partido, de los que hemos padecido gobiernos federales del PRI, el PAN y Morena, y locales del PRD, y que ahora tenemos claro que no votaremos por Morena por su presente vocación autoritaria.

Deseo que pierda el poder Morena para que se deshaga del caudillismo que lo lastra, y pasen a ser un partido más —no uno que quiera regenerarnos sino gobernarnos bien, con inteligencia—, un partido moderno de izquierda, antimilitarista, a favor de la transparencia, los derechos humanos y de la autonomía de los órganos de control del gobierno.

La intensa experiencia de gobierno, si la pierden, enseñará a los militantes de Morena que es necesario negociar, hacer política; que pueden pasar de movimiento caudillista a partido democrático; que estar en el gobierno es algo muy distinto a estar en campaña.

Al recibir el gobierno en 2018 lo hicieron con una soberbia (revestida de pureza) que, derrota tras derrota, han moderado. Lo hicieron mal en seguridad: abandonaron unilateralmente la guerra contra el narco, propusieron abrazos y no balazos, en consecuencia, soltaron al hijo del Chapo. Ahora Ovidio Guzmán forma parte de una las organizaciones criminales más poderosas del mundo, que trae en jaque a las agencias de seguridad norteamericanas. No calcularon en el gobierno las consecuencias de su política hasta que ya fue muy tarde: el crimen organizado tiene el dominio de un tercio del territorio nacional.

La política de los abrazos (a los delincuentes) y balazos (a los civiles indefensos), más allá de las excusas y los otros datos del presidente, ha dejado más de 150 mil asesinados y más de 39 mil desaparecidos. El periodo más violento de nuestra historia. A esta situación nos condujo la improvisación en temas que el presidente ignora y su desafortunada presencia en las reuniones de seguridad, todas las mañanas.

El segundo gran fracaso es en salud. Deshicieron el Seguro Popular y al hacerlo dejaron a más de 15 millones de personas sin servicio. Fracasó el Insabi. Quisieron ahorrar en la distribución y al hacerlo desbarataron el sistema, provocaron la falta de medicamentos de los niños con cáncer, dejaron de surtir decenas de millones de recetas (detrás de cada una de ellas hay dolor humano.) En salud también hay números: más de 800 mil muertos por Covid, la pandemia se cebó especialmente con los más pobres. El tercer país con más muertos por Covid en el mundo. Muchas de esas 800 mil personas dejaron hijos, víctimas indirectas de esta inmensa catástrofe humanitaria. El presidente se mostró como es: necio. Fue una necedad no ponerse el cubrebocas para no lastimar “su investidura”. Más necedad mostró al poner al frente a López-Gatell, un político venal que opera con licencia de médico, inescrupuloso, untuoso con el poder, desdeño con las víctimas de su sistema. Necio fue ordenar que atendieran a los hijos del presidente con medicamentos que él prohibió para los mexicanos. No hay mejor muestra del estado de la salud pública que la salud del presidente: dos infartos, tres contagios de Covid. Pudo salir adelante, desgraciadamente los mexicanos no contamos con los privilegios médicos de los que goza el presidente.

Seguridad, salud, educación, Estado de derecho, transparencia, corrupción, política energética, vergonzosa postración diplomática.

Mientras el Metro de la Ciudad de México se cae a pedazos, se construye el Tren Maya, arrasando la selva. Mientras el presidente presume —según los números que él manipula— que el crimen va a la baja, sigue creciendo la presencia del mayor grupo criminal del mundo; la mayoría de las diez ciudades más peligrosas del mundo son mexicanas. Un presidente popular con un pésimo gobierno. Eso dicen las encuestas. Morena llegará dividido a la elección. Van a llegar con una grave fisura interna.

No podemos perder el tiempo en acusar a nadie. ¿Votaste por AMLO en 2018? ¿Te diste cuenta de lo que realmente representa su gobierno? Bienvenido. La gran fuerza de la oposición tiene que ser su generosidad inclusiva.

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