Leer es poder

¿Qué hacías cuándo se terminó la República?

El principio del fin puede llegar con la sobrerrepresentación de los legisladores de Morena. Años después nos preguntaremos: ¿Tú qué hacías en el momento en que se terminó la República?

Llevamos semanas tratando de dilucidar qué tipo de sistema de gobierno se instaurará en México a partir del 1 de octubre.

No se augura nada bueno. Un sistema basado en el control electoral desde el Estado, poco o nada transparente, cada vez más militarizado, con fuerte apoyo de la propaganda y un poder judicial colonizado por el Ejecutivo.

Las cosas que no les gusten las ilegalizarán y las perseguirán, con la ley a modo en la mano. El ogro filantrópico en plena forma. Podrían optar por no ejercer el poder de una forma autoritaria, por ejemplo, en el ámbito de la libertad de expresión, pero no lo harán, porque poder que no se ejerce se revierte.

Un sistema autoritario de cogobierno La Chingada-Palacio Nacional. Marcelo Ebrard, en plena euforia durante su candorosa campaña por la candidatura de Morena, ofreció al tercer hijo de López Obrador una secretaría en su gabinete. Luego, ya con los votos de la presidencia en los bolsillos, Claudia Sheinbaum recibió al segundo de los hijos del presidente, con mucha publicidad y ruido, para que se notara su presencia. Los hijos de López Obrador serán los cónsules que vigilarán el rumbo de la regenta. Lo harán de forma gratuita, desinteresada, regalando su tiempo al pueblo de México, para vigilar que se cumpla la voluntad de su padre.

Un cogobierno autoritario, cuyos menores problemas los representarán los partidos de oposición y la prensa independiente, problemas mayores tendrá con Estados Unidos y con un crimen organizado recompuesto, luego de las sacudidas que éste sufrirá los próximos meses. Por ello se vuelve relevante que no se haya designado a los nuevos titulares de esas carteras. Que se haya dejado lo central hasta el final.

A pesar de los fuertes señalamientos acerca de la participación del crimen organizado en las elecciones por las gubernaturas de los estados del noroeste en 2021, el presidente, en ese entonces y en los meses que han seguido, consintió la operación porque le convenía. Ahora, uno de los gobernantes señalados como personeros del narco, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, recibe el abierto apoyo de Claudia Sheinbaum frente a las declaraciones del Mayo Zambada. ¿Nos preguntamos por la naturaleza del sistema político que vendrá? Las tensiones entre el Estado mexicano, el gobierno de los Estados Unidos y el crimen organizado serán los elementos que delinearán el modelo de nuestro sistema político. Un periodo de tensiones sangrientas, de reacomodos cupulares.

Al cogobierno por venir le convendrá la narrativa de la defensa de la soberanía y la seguridad nacional. Como ocurrió en 1942, ya presidente Ávila Camacho, cuando Lázaro Cárdenas fue llamado a ocupar el cargo de secretario de la Defensa. Suena a locura, pero Sheinbaum ya se lo pidió a López Obrador: “(Claudia) me empezó a decir de lo que había sucedido cuando la Segunda Guerra Mundial, por eso me acordé de que ya se había retirado el general Cárdenas. Y entonces viene la Segunda Guerra y el presidente Ávila Camacho lo llama y vuelve a ser, que ya había estado, secretario de la Defensa, y entonces cuando me empieza a platicar Claudia, le digo no, no, no, esa historia ya me la conozco, pero no. No va a haber guerra.” A menos claro, que se trate de una guerra contra las drogas.

Lo que se ha ido configurando en estos años es una sanguinaria guerra del narco y militar en la que participan México (que la procesa, la exporta a EU y pone los muertos), China (que pone el precursor para el fentanilo y la protección o connivencia del manto estatal para ese tráfico) y los Estados Unidos (que pone las armas, el dinero y los adictos). Esta guerra ocurre en paralelo, o dentro de la confrontación mayor comercial-militar entre Estados Unidos y China, por la hegemonía comercial y política mundial. México quedó en el centro de ese proceso. El fentanilo de procedencia china y sus decenas de miles de jóvenes muertos por sobredosis en Estados Unidos forman parte de una estrategia geopolítica.

El grado de autoritarismo que ejercerá este gobierno no será percibido como autoritarismo porque contará ‘con el respaldo de la mayoría’. Y si la mayoría lo apoya, ya no es un ‘acto de autoridad’ sino de justicia social. Pero, a no dudar, ejercerá ese autoritarismo: no transformó todo el andamiaje del poder en México por nada.

Sin duda alguna nos miramos en lo que ocurre en Venezuela. Si se permite a la actual camarilla en el poder apoderarse de las instituciones, en especial la electoral y la judicial, se les habrá abierto el camino para el control total, para el autoritarismo ejercido sin trabas.

Todo acontecimiento es histórico porque ocurre en la historia, del mismo modo que todo viaje es espacial porque ocurre en el espacio, pero no cabe exagerar la importancia de este momento. El principio del fin puede llegar con la sobrerrepresentación de los legisladores de Morena. Años después recordaremos estos días: ‘¿Y tú qué hacías en los momentos en que se terminó la República?’.

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