Argentina se encuentra enfrentando las consecuencias de la peor sequía en más de sesenta años. La situación económica de Argentina ya era muy compleja antes de la sequía, con alta inflación, devaluación cambiaria y el banco central quedándose sin reservas internacionales, entre muchas otras calamidades económicas. La sequía está haciendo que la probabilidad de que el gobierno peronista actual se reelija en los comicios de este año se esté reduciendo significativamente.
Se estima que la sequía reduzca la producción de soya –o ‘soja’ como se dice en Argentina–, en cerca de 40 por ciento. La soya es uno de sus principales productos de exportación, que representa alrededor de un tercio del total de productos argentinos que se venden en el exterior y es una fuente importante de entrada de dólares. En este sentido, se estima una reducción de cerca de nueve mil millones de dólares este año por este concepto. Asimismo, la sequía también está teniendo un impacto en la producción de maíz, insumo clave de otro de sus productos clave de exportación, la carne de bovino. Por si fuera poco, la falta de lluvia también ha afectado la generación de energía hidroeléctrica, que representa aproximadamente 30 por ciento de la producción de energía del país. La disminución de la capacidad de generación de energía hidroeléctrica ha llevado a un aumento en los precios de la electricidad y ha obligado al gobierno a importar gas natural para satisfacer la demanda. Esto implica una mayor salida de dólares del país. El turismo también se ha visto afectado, ya que la sequía ha reducido la cantidad de agua en ríos y lagos, lo que ha afectado la navegación y las actividades acuáticas. Esto ha reducido los ingresos por turismo, que, en el caso de los extranjeros, conlleva otra disminución de flujo de dólares al país. Cabe señalar que la inflación anual se ubicó cerca de 110 por ciento en su última actualización en abril y es muy factible que la economía enfrente una recesión en pocos meses.
Las elecciones generales se llevarán a cabo el 22 de octubre, con la posibilidad de que haya una segunda vuelta el 19 de noviembre. Si bien será hasta octubre o noviembre cuando sabremos quién será el siguiente presidente de Argentina, las elecciones primarias son muy relevantes, no solo porque sabremos qué candidato encabezará cada partido o coalición, sino porque son obligatorias y eso permite tener una mucho mejor idea del resultado de la elección presidencial varios meses antes de que ésta suceda. Se llaman “PASO” y significa que son elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias y se crearon en 2009. Éstas se llevarán a cabo el próximo 13 de agosto, en donde los candidatos de diferentes coaliciones, incluyendo al Frente de Todos –actual coalición en el poder–, y Juntos por el Cambio, competirán para la primera ronda de elecciones presidenciales el 22 de octubre. En mi opinión, hasta ahora sobresalen cuatro posibles candidatos.
(1) Patricia Bullrich, exministra de Seguridad (en el gobierno de Macri) y líder del partido PRO de centroderecha/derecha. Sus políticas de seguridad de mano dura han ganado popularidad en la coalición opositora Juntos por el Cambio. Bullrich puede beneficiarse de la ausencia del expresidente Macri en las elecciones; (2) Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires y tecnócrata de centroderecha/proempresarial. Ha sido elogiado por su liderazgo durante la pandemia y por mejoras en infraestructura y transporte en la ciudad. Es conocido por ser un administrador efectivo y tener altos índices de aprobación. Sin embargo, puede perder el apoyo de los votantes antisistema al ser visto como una cara más del establishment. Su base de apoyo es más fuerte en las áreas urbanas. Ha hablado de la necesidad de eliminar las restricciones cambiarias, enfrentar la crisis del cambio climático y abrir la Argentina al mundo. Larreta, como es conocido en Argentina, estaría jugándose la candidatura de Juntos por el Cambio; (3) Sergio Massa, exalcalde de la ciudad de Tigre y actual ministro de Economía de Argentina. Massa pertenece al peronismo, pero se le considera una voz independiente y crítico del kirchnerismo, por lo que estaría contendiendo en las primarias para obtener la candidatura del Frente de Todos. Massa fue nombrado ministro de Economía en julio de 2022 para llevar a cabo una gestión eficaz, hacer crecer la economía y controlar la inflación. Sin embargo, los resultados han estado muy lejanos a los objetivos que se marcaron. Esto se ha debido principalmente a los efectos de la sequía, que no solo no ha permitido observar los beneficios potenciales de las políticas que se han instrumentado, sino que han exacerbado todos los problemas; y (4) Javier Milei, un economista que está llamando mucho la atención del electorado debido a que encabeza el movimiento antisistema, por lo que es factible que pudiera ser candidato del partido libertario La Libertad Avanza. Su capacidad para ofrecer soluciones simples y contundentes a los problemas económicos ha atraído a votantes descontentos con ambos partidos tradicionales. Hasta ahora su base de apoyo es amplia, principalmente jóvenes e inclusive sectores de bajos ingresos que tradicionalmente han sido partidarios del peronismo. Sin embargo, su posición en temas sensibles como el aborto y el feminismo, así como la falta de una estructura partidaria unificada puede alienar a muchos votantes argentinos. Milei ha propuesto la dolarización de la economía, privatizaciones empresariales y la introducción de vales escolares, entre otras medidas.
* El autor es economista en jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.
* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.