El derecho al aborto es, en sí mismo y por sus propios méritos, algo muy valioso para una humanidad que aspire a la equidad de género y a un mundo donde las normas sociales no vayan contra la libertad de las mujeres para decidir sobre su cuerpo y sus planes de vida.
Al mismo tiempo, la lucha por el derecho al aborto está teniendo relevantes efectos en el panorama político de los Estados Unidos. Poco más del 60 por ciento de las personas que pueden votar están a favor de que el aborto sea legal, una mayoría que incluye también a numerosos simpatizantes del Partido Republicano, especialmente mujeres.
El caso Roe v. Wade (1973) había hecho que el derecho al aborto fuera the law of the land por medio siglo en este país, hasta que el año pasado la Suprema Corte de Justicia anulara sus efectos y dejara la situación en manos de los poderes legislativos, ya sea el federal o los estatales.
El ligero triunfo de los republicanos en la Cámara de Representantes y sus infructuosos intentos de retomar el control del Senado en las elecciones intermedias de hace un año, se ha explicado por diversas variables, entre las que destacan el rechazo a Trump y el volcán de movilizaciones que detonó el ataque a los derechos reproductivos de las mujeres. Hoy queda muy claro que la segunda variable es la más importante.
Esta semana el Partido Demócrata y la campaña de Joe Biden recibieron indicios muy claros sobre los retos que tienen por delante. Señales mixtas, una alarmante y otra esperanzadora.
Las alarmas han sonado con fuerza en el campo demócrata, con una serie de encuestas muy preocupantes. Especialmente la realizada por el New York Times, que coloca a Biden por debajo de Trump en cinco de los seis estados clave para definir el triunfo en la contienda presidencial.
Por increíble que parezca, esta encuesta coloca a Trump en mejor posición en Arizona, Nevada, Georgia, Michigan y Pennsylvania (Biden solo aventaja en Wisconsin). Si esto acabara así el día de la votación, Estados Unidos y el mundo tendrían que alistarse para el regreso de Donald Trump a la presidencia.
Esta encuesta y otras con resultados similares han abierto una conversación que el establishment demócrata había querido evitar. ¿Debe Biden retirarse y abrir la opción a una nueva candidatura? Desde mi perspectiva es algo que deben considerar seriamente, pues la percepción de un Biden demasiado viejo, titubeante y cansado se está consolidando de manera angustiante. Un cambio de esta magnitud requeriría acelerar el paso, pues van contra el reloj.
En dirección contraria, el bando demócrata ha recibido señales positivas en las elecciones y referéndums de esta semana. Los triunfos demócratas en Kentucky, Virginia y Ohio estuvieron apuntalados en el mensaje central de defensa del derecho al aborto.
Un enorme porcentaje de la inversión en anuncios publicitarios se concentró en este tema, mientras los republicanos siguen sin saber cómo minimizar las pérdidas de su agenda antiderechos.
En Ohio —un estado donde Biden estuvo 8 puntos abajo de Trump— los demócratas ganaron tanto el referéndum a favor de codificar los derechos reproductivos en la legislación estatal, como en la votación para legalizar el consumo de mariguana.
Con esto Ohio nos da una gran pista de hacia dónde se está moviendo el electorado (hacia un aumento de libertades en todas las áreas de la vida, lo cual explica la fortaleza republicana que defiende otras libertades como las relacionadas con las armas, al daño al medio ambiente y al recorte de impuestos).
En Kentucky —un estado en el que Trump le ganó a Biden por 26 puntos— el gobernador demócrata Andy Beshear fue reelecto basando su campaña en un discurso de unidad y una fuerte defensa del derecho al aborto.
En Virginia, el carismático gobernador republicano Glenn Youngkin tendrá que enfrentar una legislatura local fuera de su control gracias a los resultados a los candidatos demócratas que se opusieron frontalmente a la iniciativa para prohibir el aborto en ese estado.
En un mundo con creciente inestabilidad política, con guerras como las de Ucrania y Rusia o la de Israel contra Hamás, que amenazan seriamente la paz mundial, la posibilidad de un regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos es escalofriante.
Hasta ahora, el gran movimiento social a favor de la libertad de las mujeres y sus derechos reproductivos está siendo la mayor esperanza para sortear tan indeseado y aterrador escenario.
El autor es CEO Founder LEXIA Insights & Solutions.