Con la toma de posesión presidencial de Trump la próxima semana y las tensiones renovadas sobre migración, aranceles y tráfico de fentanilo, imaginemos cómo podría desarrollarse una conversación directa entre los líderes de ambos países, ambos atrapados entre sus promesas de campaña y la realidad de una vecindad inevitable.
Claudia: presidente Trump, permítame felicitarlo por su regreso a La Casa Blanca. Espero que podamos trabajar juntos para fortalecer nuestra relación como buenos vecinos.
Trump: Gracias, presidenta Sheinbaum. Le adelanto que vamos a cumplir nuestra promesa de aumentar los aranceles a México. El pueblo estadounidense está cansado de la migración y del tráfico de fentanilo. Además, tenemos que reducir nuestro déficit comercial. Estos fueron compromisos de mi campaña.
Claudia (con tono diplomático): Entiendo su compromiso, presidente, pero los aranceles no solo afectan a México, también a Estados Unidos. Es como dispararse en el pie, considerando lo interconectadas que están nuestras economías. Su industria automotriz depende de nosotros, y los precios para los consumidores estadounidenses podrían dispararse. No lo digo yo, lo dicen expertos de ambos lados de la frontera.
Trump (sonriendo): ¿Balazos en el pie? Mire, presidenta, si de balazos hablamos, y yo sí sé de eso, usted se dio un cañonazo. Esa reforma judicial que usted promovió ¿de verdad cree que eso no tendrá costos? Los expertos internacionales coinciden en que esto no tiene manera de salir bien. No se preocupe por los ciudadanos norteamericanos, mejor preocúpese y ocúpese de los mexicanos.
Claudia (serena): presidente, nuestra reforma judicial fue una de las principales promesas de campaña. El pueblo votó mayoritariamente por ella, dándonos la presidencia y ambas cámaras ¿Cómo cree que voy a salir ahora diciendo que siempre no? Pero volviendo a las tarifas, no son la solución al problema migratorio ni al tráfico de fentanilo.
Trump: Bueno, presidenta, déjeme decirle que aumentar los aranceles, deportar migrantes ilegales y frenar el fentanilo también fueron promesas clave de nuestra campaña. Igual que usted, ¿cómo salgo diciendo ahora que siempre no?
Claudia: Migrar es un fenómeno global que no se resuelve con muros ni aranceles. En México hemos trabajado para combatir las causas: la pobreza y la falta de oportunidades, con programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro. Estos esfuerzos no solo generan empleo, también transforman comunidades.
Trump (sarcástico): Suena bien, pero explíquele eso a los estadounidenses que ven más migrantes cada año. Mientras ustedes insisten en hablar de causas estructurales, en el año 2023 aumentó el número de migrantes mexicanos ¿No que todo estaba muy bien? Además, ustedes mienten, hablan de atacar las raíces, pero en el caso de Venezuela y Nicaragua, donde las causas están muy claras, Maduro y Ortega, usted sigue defendiendo a esos dictadores causantes y promotores de la migración de sus ciudadanos. Y por cierto, cambiando de tema, usted y su predecesor afirman que el neoliberalismo es el causante de todos los males y que es sinónimo de corrupción, entonces, por qué insiste que les demos más visas a los mexicanos. Estados Unidos es el centro del neoliberalismo mundial y estamos orgullosos de esto.
Claudia: presidente, atacar las raíces implica fortalecer nuestras democracias y economías, no descalificarnos mutuamente. La cooperación entre vecinos es clave. Un México fuerte es también un aliado para Estados Unidos.
Trump: Puede ser, pero mi prioridad es cumplir con mis votantes. Por ahora, los aranceles y deportaciones van. Tal vez podamos hablar más adelante de posibles alternativas, primero necesitamos resultados claros. Debo asegurarme de que mis votantes vean que estoy cumpliendo.
Como se aprecia en esta conversación, los negociadores mexicanos no podrán depender de datos técnicos porque ambas posturas están cimentadas en compromisos políticos que van más allá de la lógica económica.