El fiscal de hierro

¿Qué nos pasa mexicanos?

Mezclar la política con la justicia tiene como resultado invariablemente la impunidad, misma que a lo largo de estos años ha sido manifiesta en la vida jurídica de México.

Agradezco infinitamente la invitación que me han formulado los directivos de este prestigiado diario, El Financiero, para incorporarme con una columna periódicamente, en donde trataré de manifestar mi experiencia a través de la larga carrera, que como funcionario público y abogado he transitado durante más de 58 años.

Mi vida se ha desarrollado siempre dentro del ámbito de la procuración de justicia, he vivido y servido a varios presidentes de la República y he sido testigo de muchos, pero muchos actos, en donde muchas veces he aplicado la justicia y otras por decisiones políticas, se ha obviado en hacerlo.

Dejaré constancia en mis columnas de temas eminentemente jurídicos y siempre manifestaré mi absoluta lealtad, como es mi costumbre y mi convicción.

Hoy que México vive una lamentable y vergonzosa situación, tanto en la administración como en la procuración de justicia. Siempre he dicho que para combatir la delincuencia y la corrupción, es necesaria la absoluta voluntad política de quienes durante este largo periodo de mi vida han dirigido los destinos de México.

Mezclar la política con la justicia tiene como resultado invariablemente la impunidad, misma que a lo largo de estos años ha sido manifiesta en la vida jurídica de México.

Hace años un presidente de la República me llamó El fiscal de hierro, seguramente el lector se preguntará, ¿por qué? No sé si sea merecido o no, eso lo tendrá que juzgar la historia; lo que sí es cierto, es que hemos combatido a través de los años a la delincuencia.

Afirmo y sostengo que esta impunidad en la que estamos viviendo es el resultado de la inmensa corrupción que ha campeado a lo largo y ancho de México.

Hoy estamos a días de que este país viva la elección más importante de su historia, por eso se hace necesario que los mexicanos, que estamos en edad de sufragar nuestro voto, piensen, analicen y resuelvan qué país quieren vivir en el futuro, si quieren dejar la herencia de la continuidad y la mentira, la falta de coherencia y voluntad política que estamos viviendo o quieren un país en donde volvamos a tener la solidez de las instituciones que tanta sangre costaron a los mexicanos y queremos heredarle a nuestros hijos y nietos, un México justo con un Estado de derecho sólido, con instituciones que velen y defiendan algo que no tiene precio, que es la libertad.

Hoy inicio gracias a los directivos, repito de este prestigiado diario, esta columna y me comprometo a denunciar con hechos las violaciones que se cometan a las leyes emanadas de la Constitución General de la Nación.

Hoy me pregunto, ¿dónde está el orgullo de ser mexicanos? ¿Dónde está la fuerza que ha caracterizado a un pueblo que durante mucho tiempo ha luchado por su libertad? Libertad que ha costado cientos y miles de vidas, que ha teñido de sangre el suelo patrio, para poder lograr instituciones sólidas que garanticen el futuro y bienestar del país.

Hoy parece que toda esta fuerza de la raza que nos heredaron, aquellos que ofrendaron su vida por México ya se olvidaron, hoy vemos con tristeza que el enterarnos que diariamente mueren asesinados cientos de mexicanos se ha vuelto una costumbre, por eso me pregunto ¿qué nos pasa?

Dentro de cinco días, el 2 de junio, se decidirá en las urnas la elección de miles de autoridades, se decidirá quién regirá los destinos de nuestro país, por eso es absolutamente necesario que pensemos, reflexionemos por quién vamos a emitir nuestro voto.

¿Queremos que continúe un régimen que se ha burlado permanentemente de la ley, que ha pugnado por desaparecer y en su caso ha desaparecido instituciones que tanto costaron crear para defender y proteger la libertad de quienes tuvimos la dicha de nacer en este México? ¿O saldremos a votar por la democracia, por la libertad, por un país en donde se respete la ley, en donde el autoritarismo que tanto ha dañado a México desaparezca, votaremos por el futuro de nuestros hijos, porque en México se implante urgentemente un sólido Estado de derecho, un México en donde se respete la ley, un México en donde los niños y niñas reciban una educación que los conduzca a ser mejores en el futuro, un México con salud? Si es el México que queremos, entonces votemos en contra de quien pretende coartar la libertad, desaparecer a las instituciones que garantizan la transparencia, que pretenden desaparecer los contrapesos que constitucionalmente existen para combatir el autoritarismo.

Hoy también me pregunto, ¿queremos seguir escuchando diariamente en las mañaneras, mentiras, utopías, defenestraciones, que con toda irresponsabilidad usa quien juró respetar y hacer respetar la Constitución General de la República, que es el presidente que hoy nos gobierna?

No es criticar, es simple y sencillamente opinar, decir la verdad, aclarar cómo es posible que se permita que quien juró respetar la ley ahora nos venga a decir que no le lleguemos con el cuento que la ley es la ley, que utilice su tribuna para beneficiar a quien él quiere que sea la próxima presidenta de ‘Su México’.

Este señor, que efectivamente fue elegido por más de treinta millones de mexicanos en el 2018, que convenció y les dio esperanza a muchos, hoy después de cinco años y meses de gobierno, sigue mintiendo y violando la ley, cuando él tiene la gran obligación de defender la Constitución, hoy la viola, no obstante que tiene el deber, porque así lo juró, de respetar la ley, se burla de ella.

¿Cuántas sanciones le ha aplicado el Tribunal Electoral? ¿Cuántas llamadas de atención le ha realizado el INE? Sin embargo, este lunes volvió a burlarse de la ley, cuando tocó el tema electoral en la mañanera.

Por eso yo me pregunto, ¿qué nos pasa mexicanos? ¿Qué queremos? ¿Auténtica democracia, verdaderas instituciones que defiendan la libertad, un sólido Estado de derecho, o queremos que nos sigan mintiendo y que con el autoritarismo sigan violando permanentemente la ley?

¿Dónde está la cuarta transformación? ¿Dónde está lo que ofreció López Obrador en sus campañas políticas? No lo veo, no veo un combate a la corrupción, no veo un plan de gobierno para luchar permanente contra la criminalidad, no veo un auténtico proyecto que cuide la salud de los mexicanos, no veo una procuración de justicia pronta y expedita.

Lo que sí veo es un país profundamente dividido, un país en donde el crimen organizado ha sentado sus reales, un país en donde ha habido más muertos que en la guerra de Ucrania, un país hundido en la corrupción, en la mentira, en la defenestración a las personas, en conclusión un país que lejos de terminar con la pobreza se ha incrementado, un país en donde la irresponsabilidad, incompetencia, negligencia de las autoridades provocaron la muerte de ochocientos mil mexicanos en la terrible pandemia del Covid.

Es momento de que los mexicanos salgamos a votar el 2 de junio con la plena convicción de que México merece una vida más justa y un futuro más promisorio.

COLUMNAS ANTERIORES

Premio a López-Gatell, es un insulto a las familias de 800,000 muertos
La voluntad política que México extraña

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.