En mis columnas anteriores, he explorado extensamente el ascenso meteórico de la inteligencia artificial (IA) y su influencia creciente en sectores globales. Hoy, me enfocaré más en un análisis que pretende arrojar luz sobre el comportamiento digital de la industria de la IA, con especial énfasis en el impacto y las oportunidades en México y su relación con el ámbito global.
El reciente estudio de SEMrush, una herramienta muy usada de marketing digital, sobre la industria de la IA revela un panorama impresionante: en un año se han generado más de 24 mil millones de visitas, esto solo entre las 50 herramientas de IA más visitadas entre septiembre de 2022 y agosto de 2023. ChatGPT, de OpenAI, se destaca con un impresionante 60 por ciento de ese tráfico, evidenciando no solo su popularidad, sino también su papel fundamental en el ámbito de la IA conversacional.
Pero lo más importante que logró ChatGPT, fue visibilizar la inteligencia artificial en todos los niveles, lo que nos enseñó a cada uno de nosotros que la usamos, contestar a una de las preguntas más importantes que nos hacemos todos cuando comenzamos a usar una nueva herramienta tecnológica: ¿para qué sirve? De la misma forma, OpenAI impulsó a todos los demás fabricantes de software a tratar de alcanzar al líder, lo cual, según los datos de SEMrush, todavía está lejos.
El estudio pone a México en el noveno lugar en el tráfico mundial, con 579 millones de visitas desde nuestro país. Con su creciente mercado tecnológico y una juventud digitalmente activa, México representa un campo fértil para la adopción y el desarrollo de la IA, alineándose con tendencias mundiales. Una de las ventajas que se está dando entre los jóvenes mexicanos, es que al tener acceso a las mismas herramientas, están homologando su conocimiento con los del resto del mundo.
La adopción de la IA en diferentes sectores muestra un patrón de crecimiento impresionante. Las herramientas de generación de imágenes, chatbots de IA y generadores de escritura de IA están liderando la carga. Este aumento refleja una transición hacia soluciones digitales más interactivas y personalizadas, algo que resuena fuertemente en un mercado como el mexicano, donde la innovación y sobre todo la personalización son clave para ser más competitivos en un mercado como el nuestro.
Algo que se está logrando cada vez más es que la interacción escrita con la inteligencia artificial cada vez se está volviendo más transparente, cada vez se hace más borrosa la pared en la relación entre los robots y los humanos, hay varios estudios y artículos al respecto, pero como lo puedo explicar desde mi experiencia personal, es que antes era evidente que cuando usaba ChatGPT interactuaba con un robot, últimamente me descubro teniendo la sensación de que esto chateando con un humano.
A pesar de la promesa, el camino hacia la adopción generalizada de la IA no está exento de desafíos. La reciente desaceleración en el crecimiento del tráfico, que vio una caída de 1.2 mil millones de visitas después de alcanzar un pico, plantea preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo de este boom de IA. Esto podría deberse a una serie de factores, incluyendo la saturación del mercado, cambios regulatorios y una posible desviación hacia aplicaciones móviles, algo que debe ser monitoreado de cerca por los actores del mercado mexicano.
Mirando hacia el futuro, México tiene el potencial de ser un jugador importante en el campo de la IA. La clave para el éxito radica en la adaptación a las necesidades locales, invirtiendo en talento y tecnología, y manteniendo un ojo en las tendencias globales. Las empresas mexicanas deben considerar cómo pueden incorporar estas herramientas para mejorar la eficiencia, la experiencia del cliente y la innovación. Si no somos una potencia en el desarrollo, sí lo podemos ser en el uso y aplicación de la tecnología de IA al trabajo.
El análisis de la industria de la IA revela una realidad fascinante y multifacética. Para México, representa una oportunidad de oro para capitalizar en un mercado en rápida evolución. Como siempre, estaré atento a cómo este panorama dinámico se despliega en el 2024. ¡Feliz Año Nuevo!