Javier Murillo

Tesla en la ‘tablita’ y el fracaso titánico de Apple

La compañía que una vez lideró indiscutible el mercado de vehículos eléctricos, ha visto cómo sus ventas se estancan y su innovación se desacelera.

En enero de este año escribí una columna sobre BYU y su inminente toma de liderazgo en el mercado de autos eléctricos sobre TeslaM en el que documenté: “en los últimos meses de 2023, BYD vendió más automotores eléctricos que Tesla, una hazaña notable que refleja un cambio significativo en el mercado global”.

La carrera por liderar el mercado de los vehículos eléctricos (VE) ha alcanzado un nuevo punto crítico. Mientras Tesla enfrenta nuevos desafíos en un entorno que cambia rápidamente, marcado por la competencia creciente y la entrada de nuevos jugadores como BYD, Apple anunció que no participará más en ese mercado y formalmente termina con su proyecto para desarrollar un VE que compita con los líderes de la industria.

Tesla, la compañía que una vez lideró indiscutible el mercado de VEs, ha visto cómo sus ventas se estancan y su innovación se desacelera. A pesar de mantener una fuerte capitalización de mercado, Tesla enfrenta críticas por la falta de actualizaciones significativas en sus modelos más vendidos, el Model Y y el Model 3, y por una competencia que cada vez capta más del mercado que ellos ayudaron a crear. En los últimos meses de 2023, Tesla se vio superada en ventas de vehículos eléctricos por BYD, reflejando un cambio significativo en las preferencias del consumidor y la dinámica del mercado.

A diferencia de la competencia, los automóviles Tesla ya se ven anticuados tanto en su diseño exterior como interior. Pero parece que el problema no solo es de forma, sino también de fondo.

BYD ha sido un formidable contendiente, superando a Tesla en ventas trimestrales y posicionándose como un líder en la innovación de baterías. Al fabricar sus propias baterías y controlar la cadena de suministro, BYD ha podido ofrecer vehículos más asequibles, ampliando su atractivo en mercados globales y entre consumidores más jóvenes. La estrategia de BYD no solo desafía el modelo de negocio de Tesla sino que también redefine el enfoque hacia un mercado de VEs más accesible y diversificado.

En contraste, Apple ha abandonado su proyecto de vehículo autónomo, conocido como Project Titan, después de casi una década de especulaciones y desarrollo. Este fracaso subraya la dificultad de penetrar en un mercado tan complejo y tecnológicamente exigente, incluso para una empresa con recursos significativos. La historia del proyecto Titan es testimonio de que no todos los gigantes tecnológicos están equipados para revolucionar cada industria que intentan.

Mirando hacia el futuro, la industria de los VE continúa evolucionando rápidamente. Las inversiones globales en tecnologías de transición energética superan ahora a las inversiones en combustibles fósiles, un indicativo de que la dirección del mercado favorece a las soluciones sostenibles. A pesar de los desafíos actuales, como las altas tasas de interés que afectan la financiación de nuevos vehículos, el mercado de VEs sigue expandiéndose, con un aumento esperado del 20 por ciento en las ventas globales este año.

Este panorama ofrece tanto oportunidades como advertencias para las empresas involucradas. Para Tesla, el desafío es renovarse y responder a las demandas de un mercado que ya no está contento de seguir como está. Para nuevos jugadores como BYD, el reto es mantener el impulso y expandirse de manera sostenible a nuevos mercados. No por nada, el día de ayer, el CEO de Tesla, Elon Musk, llegó sorpresivamente a Beijing para discutir la implementación del software de conducción autónoma y la transferencia de datos al extranjero.

La evolución del mercado de VEs refleja una combinación de innovación tecnológica, cambios en la política global y las expectativas del consumidor hacia productos más verdes y accesibles. Mientras empresas como Tesla buscan rediseñar y revitalizar su enfoque, el espectro de competidores como BYD demuestra que la innovación puede provenir de cualquier parte, especialmente de aquellos que no solo se adaptan rápidamente, sino que también anticipan y moldean el futuro de la movilidad. La revolución eléctrica, por lo tanto, no es solo una cuestión de quién llega primero, sino de quién puede sostener la carrera hacia un futuro más sostenible.

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