Pese a todos los escenarios adversos, en el sector bancario podríamos decir que en la última década no le ha ido tan mal y solo se han registrado dos salidas forzadas, la de Banco Bicentenario y Banco Ahorro Famsa, ambas por temas de mal manejo de las instituciones que afectaron su capital, de ahí, los demás han optado por vender sus carteras o licencias bancarias antes de perderlo literalmente todo.
La lista en este tiempo ha sido larga, desde la venta de cartera de Bankaool por ejemplo, o la adquisición de Forjadores por parte de Te Creemos en diciembre, o la más reciente el mes pasado de Finterra por parte de la startup Credijusto, por mencionar algunas, pero ha habido incluso ventas de carteras para salir de negocios que no hacen sinergias a bancos; hasta ahora no se vislumbran salidas por temas asociados al ambiente económico generado por la actual administración y sí por algunos temas de negocios.
El anuncio en el Diario Oficial del cierre de las oficinas de representación de dos bancos extranjeros como son JPMorgan y Deutsche Bank, por un momento generaron un alto interés en redes sociales al ser confundidas con los bancos.
En el caso de JPMorgan no tiene cambio alguno en su operación en México, tiene más de 120 años y mantiene su licencia bancaria sin modificación alguna, y el movimiento hecho hace unos meses de la venta del área de banca privada a BBVA México fue algo que hicieron también en otros países, pero en el nuestro no hay plan alguno de moverse de estos lares, aseguran quienes los conocen; siguen sin cambio bajo la dirección de Felipe García Moreno y siendo incluso agremiados de la Asociación de Bancos de México, en donde forman parte del segmento de bancos extranjeros que tienen como vicepresidente a Raúl Martínez de Barclays y que ya había dicho, el movimiento de la salida de banca privada fue mal interpretada por muchos hace unos meses, ya que siguen compitiendo en banca e inversiones.
Y en el caso de Deutsche Bank tiene y sigue un muy lento, lentísimo proceso de cierre y es una decisión que tomó en octubre de 2015, cuando anunció en Fráncfort que cerrarían sus operaciones en 10 países: Argentina, Chile, México, Perú, Uruguay, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Malta y Nueva Zelanda, proceso que en el caso del país sigue en marcha, ya que mantiene aún la licencia bancaria y lo que cerró fue la oficina de representación en el país.
Ha ido vendiendo divisiones como la fiduciaria a CI Banco, pero sigue poco a poco este proceso de ‘desarmar’ el banco y cuando eso suceda los accionistas deben acordar su disolución y liquidación, y así veríamos el dato en el DOF, revocación, disolución o liquidación de la licencia bancaria, ojo, si es que no deciden al final vender la licencia bancaria, luego de que quede solo el cascarón y así ahorrarle quizás a alguna fintech −que son las que andan de compras−, iniciar de cero la tramitología para obtener esa autorización como banco, pero por el momento Deutsche Bank mantiene y sigue con su licencia bancaria y a seis años nada más no termina como dijo de salir del país, en una de esas al final tampoco lo hace. Por lo pronto, la moneda está en el aire.