Nuestros datos e información digital están por todos lados, lo que dependiendo el momento, el objetivo y sobre todo quién los procesa puede ser algo muy bueno, ahí como ejemplo están las sociedades de información crediticia, que ayudan a las instituciones a clasificar el nivel de riesgo de cada persona que busca un crédito.
Pero además de la forma en que pagamos o no un crédito, también están las millones de transacciones que se registran minuto a minuto con una tarjeta de crédito o de débito, ya sea por compras en línea, por terminales punto de venta, por aplicaciones, cajeros o al ir a una sucursal; millones de transacciones que si se procesan de forma adecuada y se clasifican, pueden ir cambiando la forma en que nos oferten productos y servicios. Así de interesante se ha convertido el trabajo de un procesador de pagos, como Prosa, que lleva Salvador Espinosa y que regresaron con todo al show de reunir a proveedores, clientes y especialistas sobre lo que nos depara el futuro en estos temas en el foro Prosa “Tecnología e innovación para medios de pago más ágiles” en donde literalmente parecía que nadie faltó.
Es un hecho que las transacciones digitales no solo han crecido más del 100 por ciento contra niveles prepandemia y que siguen en aumento, por lo que se prevé que pronto el número de transacciones virtuales rebasen a aquellas efectuadas en el mundo físico, así ha cambiado el mundo, y con ello anticipan que también veremos cambios en la forma en que las instituciones financieras nos oferten productos y servicios, lo que implica un reto para todos.
En este mundo de mayor uso de medios de pagos, se debe trabajar en tener la capacidad de atender la demanda de la transaccionalidad en días y horas pico, trabajo en el que al menos ellos, como procesador de pagos, han invertido en los últimos años y hoy puede decir que están listos para hacer frente a la demanda en fechas en que las ventas crecen como nunca.
Los bancos son parte clave, como bien dijo Daniel Becker, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), por lo que están enfocando sus esfuerzos en canales digitales, aun cuando vencer al efectivo es complicado, ya que es el medio más utilizado para pagar de los mexicanos, pero si se logra avanzar en un mayor uso, por ejemplo, de la banca digital, eso disminuye los costos de transacción, que debe traducirse en mejores costos para el usuario, además de que se logra justo tener información general sobre en dónde, a qué hora, se transacciona más y mejorar las experiencias de los clientes con mejores productos o servicios; en el último año se registraron casi dos mil millones de transacciones digitales y fueron 70 millones de usuarios; imaginen la información bien procesada sobre a qué horas, en dónde se realizan las compras, si son hombres o mujeres, que deriven en algún momento en ofertas más personalizadas, el futuro ya está aquí.
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Y en el otro lado de la moneda, como ya habíamos adelantado antes de que terminara el año estaría lista la licencia del banco digital de Banorte, en el que ya tienen muchos planes diseñados, hasta quién será el nuevo director, por lo pronto el oficio con el visto bueno de la nueva licencia bancaria ya está en marcha, y tienen seis meses para obtener la aprobación del arranque de operaciones, que requiere también la autorización de la CNBV. Por cierto, pronto saldrá el banco digital de otra institución con años operando en el mercado. Por lo pronto, la moneda está en el aire.