El potencial es muy amplio y está más que visto que hay una gran escasez de asesores financieros que puedan dar recomendaciones más precisas a los interesados en dar el siguiente paso de invertir sus ahorros, pero también es un área de oportunidad para que se generen nuevas fuentes de trabajo.
Si bien se estima que el 21 por ciento de la población mexicana ahorra de manera informal, solo un 2.0 por ciento realiza inversiones o depósitos a plazo, lo cual habla por un lado de la falta de educación financiera, pero también de la escasez de personas calificadas para dar este tipo de asesoría de manera masiva; piensen un poco en el asesor de seguros, que conoce diversos productos y ofrece el que más se adapta a la necesidad de la persona y estilo de vida.
Con base en esa idea, y además es algo que opera con éxito en otros países, hay que seguir de cerca el trabajo de Alicia Arias de GBM quien lleva el área de Advisors ya que podría cambiar la forma en cómo se ve el asesor financiero tradicional. La idea es precisamente darle las herramientas a los interesados no solo a vender los productos que tienen en la casa de bolsa, sino en dar la asesoría personalizada que muchos buscan y que por el monto de recursos a invertir no son vistos por las áreas de los bancos o las grandes casas de bolsas, y es ahí donde la oportunidad está latente en todas las áreas, para la persona que quiere invertir y no sabe cómo y su monto es menor al millón de pesos; para aquellos especialistas en el sector financiero, que ya están jubilados o bien, (que ha funcionado como asesores de ventas de seguros o ahorros a largo plazo) puedan integrar el servicio, obviamente esta figura requiere el aval de las autoridades financieras, y es ahí en donde la capacitación es clave.
Este es un tema del que hay mucho que hablar, por lo pronto, esta es una pequeña reflexión y ya platicaremos de los cambios que se tienen que dar y las ventajas de que haya más asesores financieros certificados en el país.
* * *
Y en el otro lado de la moneda, ¿será que por fin la Amafore y la Asociación de Bancos de México (ABM) se pongan a la vanguardia en temas de género? Así es, en plenos tiempos en que en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se rompió el ‘techo de cristal’ y se tiene a la primera mujer presidenta con Norma Lucía Piña y en el Banco de México ya se cumplió el primer año de mandato de la gobernadora Victoria Ceja, y si bien ya se dio el primer paso en el sector financiero hace un par de años en la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) con la presidencia de Sofía Belmar, en esos dos sectores parecen que siguen las resistencias.
Por un lado, en la Amafore se encuentran en proceso de entrevistas y búsquedas del mejor perfil, y aunque precisamente han externado en ‘corto’ el interés de tener la primera mujer presidenta, tarea que podría ser más sencilla, ya que no se requiere a un director de las 10 Afores (que todos son hombres), se busca el perfil “idóneo para el cargo”; encontrar a una mujer que conozca a la industria y sea capaz, no debe ser complicado, pero el chiste es que aún no se define nada. Ojalá que la cancha sea pareja y más allá del género el próximo presidente de la industria igual sea alguien que se jubilará por el régimen actual, para que transmita como lo hizo el anterior presidente el grado de urgencia de que todos sin excepción conozcamos nuestra Afore.
Y en el caso de la ABM, quizás tener la primera mujer presidenta ejecutiva, que no requiere votación sino técnicamente sea designada por el presidente entrante y su nuevo comité es mucho más fácil, ya que el cargo fue diseñado para apoyar al presidente en turno, y ahí hay una amplia gama de directoras de diversas áreas y de primer nivel que pueden llevar el cargo; a la fecha han sido desde directores de área hasta economistas en jefe, ojalá se atrevan a dar el paso y rompan ese techo. Por lo pronto, la moneda está en el aire.