Para muchos, tener acceso a servicios financieros es algo sencillo y sin mayores complicaciones, ya sea de manera remota o presencial, acudir a un banco a realizar un trámite solo es cuestión de tiempo y encaminarse a hacerlo, pero para más de siete millones de mexicanos que tienen alguna discapacidad o condición mental, ser cliente de un banco puede resultar una pesadilla.
Hablamos de que representan más del cinco por ciento de la población del país, de las cuales 43 por ciento presenta discapacidad motriz, seguido de la población que ve con mucha dificultad aun usando lentes (discapacidad visual) y de la población que presenta alguna condición mental (discapacidad intelectual o psicosocial), por lo que la lista de problemas para tener acceso a un servicio bancario es amplia.
El estudio realizado por la CNBV & GIZ (2023) Inclusión financiera de las personas con discapacidad: retos y recomendaciones, deja claro que si bien hay avances, por ejemplo, en el servicio que se da en banca por Internet o en el móvil (por cierto BBVA y HSBC fueron los mejores calificados y Banjército y BanCoppel los peores), un sistema financiero inclusivo tiene que tomar en cuenta la diversidad de condiciones de las personas con discapacidad, respetar sus derechos y garantizar igualdad de condiciones a toda la población para no dejar a nadie atrás y no dejar a nadie afuera.
La lista de las barreras identificadas en la banca en nuestro país es larga, pues hay carencia de documentación y herramientas de apoyo en lengua de señas mexicana y en sistema de escritura braille, macrotipos o audios, lectura de labios, pictogramas o formatos en lectura fácil, no hay intérpretes de lengua de señas para personas con discapacidad auditiva y eso que hoy se puede acceder con una videollamada, como lo explicaba una usuaria afectada para tener ayuda, pero simplemente no lo permiten. Faltan apoyos sonoros o parlantes en las interfaces de los cajeros automáticos, las aplicaciones y en la asignación de turnos dentro de las sucursales, la altura de cajeros automáticos y ventanillas amigable para personas de talla baja no existen, no hay homogeneidad y prevalencia de restricciones en el uso de biométricos.
Como bien dijo Lucía Buenrostro, vicepresidenta de la CNBV, la exclusión financiera representa una pérdida económica y social no solo para las personas, sino también para las instituciones financieras y la sociedad; es algo en lo que todos debemos trabajar e impulsar que los cambios se den.
Este tema junto con el de adultos mayores, es algo en lo que todos los bancos deben trabajar, ya que la lectura de huellas, la pérdida de visibilidad, o los problemas de coordinación que hacen que las firmas no sean las mismas, son solo algunos de los problemas que afectan ya a millones de clientes de la banca, y que de manera muy lenta se están atendiendo. El reporte de inclusión de personas con discapacidad en el que por cierto no estuvo ningún alto directivo de la industria en su presentación, pero es algo que todos los directivos de la banca sin importar su cargo deberían de leer y discutir para sensibilizarse en el tema.
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Y en el otro lado de la moneda, el banco Monex anda más que activo ya que tiene en marcha una nueva línea de negocio dirigido específicamente a personas físicas que se llama ONE, una cuenta 100 por ciento digital, pero que está dirigida a personas físicas que tienen que realizar pagos o depósitos en el extranjero, de esa forma podrán los clientes del banco hacer transacciones y pagos internacionales con siete divisas, interesante el esquema. Por lo pronto, la moneda está en el aire.