Los canales digitales simplemente están cambiando todo; sólo un ejemplo, en la banca esto ha permitido disminuir los costos de hacer transacciones tanto a bancos como a clientes, cada cliente que acude a una sucursal bancaria le representa un costo a la institución de 0.85 centavos de dólar.
Si ese mismo cliente opta por hacerlo en línea, ya sea en su móvil o en la computadora, el costo es de sólo 0.02 dólares, así es de abismal la diferencia.
Lo anterior, sin contar que el cliente se evita salir o utiliza el tiempo en otra actividad en lugar de trasladarse a una sucursal; en el caso de la banca este tipo de operaciones a distancia es mucho más segura, sin embargo, aun cuando han tenido crecimientos espectaculares en cuento a los millones de operaciones, en muchos sectores de la población sigue habiendo miedo, y desconocimiento en su uso, pero también una falta de atención y en algunos casos hasta de preparación adecuada de los ejecutivos bancarios.
Sabiendo todo eso, sin duda los bancos deben aplicarse más; por un lado, el segmento de mayores de 45 años que tienen bien identificados y que buscan asesoría y atención personalizada, están en el momento de adquirir un patrimonio y eso, por más que se busque en otro tipo de empresas tecnológicas, no se encuentra y es ahí donde el contacto y asesoría personal es fundamental. Y está el otro nicho de menores a esa edad de clientes de servicios financieros, que claramente buscan rapidez, no filas, no traslados y sin llenar formatos escritos, y que el tipo de producto y servicio en ese rango de edad es de cero contacto físico; es el segmento en donde desde luego han triunfado muchas de las empresas tecnológicas y bancos que han logrado ser casi 100 por ciento digitales.
En el primer segmento, de mayores de 45, y desde luego personas de la tercera edad que no están familiarizadas con la banca móvil o que les resulta recordar tantas claves para hacer operaciones (a todos se nos han olvidado, no digan que no), es en donde la banca tiene un gran pendiente de mejorar sus servicios, ¿no creen?
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Y en el otro lado de la moneda, el tema de la sustentabilidad y el mundo verde, poco a poco pasa del discurso a los hechos, y si bien no hay un alto inventario de viviendas certificadas bajo criterios y normas sustentables, HSBC se suma a los bancos que ofrecerán hipotecas a una menor tasa a quienes opten por un crédito en un desarrollo que cumpla con estas características (el primero fue Santander hace poco más de un mes), con la diferencia de que esta hipoteca verde se puede financiar hasta 97 por ciento de la compra de vivienda y llevar el plazo a 25 años, lo que se traduce en un menor pago mensual y mayores líneas de crédito.
Lo cierto es que con una tasa de interés fija anual desde 9.25 por ciento y hasta 9.75 por ciento y plazo de cinco a 25 años la competencia por la hipoteca verde apenas empieza, y es que también conseguir por parte de los desarrolladores los certificados medioambientales LEED (Gold & Platinum) y/o EDGE (Advance & Zero Carbon) del inmueble, requiere todo un cambio entre los constructores.
Como bien dijo Enrique Margain, director ejecutivo de Préstamo a Particulares de HSBC México, esto requiere tiempo e impulso por todos lados, para que se pueda tener un ecosistema donde se generen los incentivos a toda la cadena de valor en la vivienda, desde la urbanización, edificación, financiamiento y se termine beneficiando al consumidor final y sobre todo al medio ambiente. Por lo pronto, la moneda está en el aire.