El triunfo es indiscutible y poco a poco iremos conociendo los impactos que podrían tenerse en temas financieros para miles de empresas en todo el mundo; por lo pronto, para México, la victoria de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos, obliga a todos a prepararse para lo que viene.
De entrada, al menos, una de sus principales promesas de campaña, será difícil o casi imposible que la cumpla, es más, durante su administración como presidente, no logró ser el que más haya deportado a ilegales, sino que fue el presidente demócrata Barack Obama.
Por lo que la primera promesa de campaña que intentará cumplir Donald Trump que es la de ejecutar “la deportación masiva más grande que jamás haya existido”, o al menos eso decía y, claramente, le rindió resultados, si bien puede que la ponga en marcha, pero el resultado se espera que sea algo así como la refinería que no refina.
Cada vez que el candidato republicano hace una promesa inalcanzable pone a temblar a alguien, sobre todo a quien sería el encargado de cumplirla, pero ojo, también pone a los periodistas en un predicamento, pues al investigar sus dichos uno se da cuenta que ha modificado esa postura con el paso del tiempo.
A principios de la campaña, Trump había fijado una meta de hasta 3 millones de inmigrantes con antecedentes penales, pero a lo largo del tiempo ha ido perfilando al estereotipo que pretende deportar. Se trata de latinos, hispanos, mexicanos, rateros o violadores, pues para Trump son sinónimos.
Según estimaciones de diversas organizaciones no gubernamentales, deportar a 3 millones de latinos indocumentados tendría un impacto cercano a una caída del 5 por ciento del PIB estadounidense, lo cual suena a algo así como dispararse en el pie, sin mencionar los costos de los miles y miles de operativos para arrestarlos, mantenerlos en detención y llevarlos hasta sus lugares de origen, y eso aún incluyendo la ayuda de la presidenta Claudia Sheinbaum, como acto de buena voluntad para mantener buenas relaciones y no se apliquen las demás amenazas que ha lanzado.
Por si eso no fuera suficiente, el ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, cuenta con alrededor de ocho mil 700 agentes apostados en puertos, aeropuertos y oficinas a lo largo y ancho de los Estados Unidos, con los cuales no podría conseguir esa meta.
Lo que sí ha conseguido y espera seguir cosechando es sembrar el terror y disuadir a los nuevos migrantes, además de polarizar más a la población y fomentar el racismo, y dividir al vecino país, una historia que ya conocemos; al menos existe la tranquilidad para la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de que quizá tendrá que reforzar fronteras, pero recibir masivamente a mexicanos deportados no se ve que suceda pronto.
Crece la familia Audi
Es Audi, a cargo de Tarek Mashhour, una de las plantas más modernas instaladas en México, siendo el estado de Puebla en donde concentraron su inversión, misma que ven que seguirá creciendo en los próximos cinco años y ya visualizan una nueva planta en los terrenos libres que hoy tienen en el complejo para el desarrollo de los próximos autos ‘verdes’.
Con ocho años de operar en San José Chiapa, y su duodécima planta en el mundo, ya Audi fabrica el SUV premium Q5; la tercera generación sigue con el nuevo Q5 basado en la Plataforma de Combustión Premium (PPC), donde ayer salió el primer auto de la línea de producción.
Estados Unidos es uno de sus principales mercados, y donde se vende alrededor del 40 por ciento de la producción al igual que en Canadá; en México, el vehículo poco a poco gana terreno, y lo interesante es que han logrado no sólo eficientar los procesos, sino integrar a la comunidad a las filas de los más de cinco mil empleados con que cuentan en esa planta.
En 2023, Audi produjo un total de 175 mil 626 vehículos en México, cada tres minutos sale un Audi de la línea de producción, siendo uno de las fábricas más modernas del mundo; por lo pronto, más allá del triunfo de Donald Trump, el enfoque es seguir creciendo la planta para producir más autos en el futuro. Ya les contaremos más de sus proyectos.
Adán y el muchacho de los ojos tristes
Parece que el regreso de los buenos oficios de operar temas políticos está regresando en este sexenio, y es que el exgobernador y ahora senador morenista, Adán Augusto López, ha ido tejiendo fino en diversos temas de interés de la presidenta Claudia Sheinbaum, pero también de temas pendientes de su amigo el expresidente.
Así confirman que el lunes estuvo en la Suprema Corte, al parecer ‘a hacer buena política' como se dice, y lo logró, ya que tras su encuentro con el ministro Alberto Pérez Dayán en los pasillos de Pino Suárez 2 rindieron frutos, ya que todos conocen la historia, al final si bien criticó la reforma, optó por no apoyar ningún cambio y votó en contra del proyecto del ministro González Alcántara Carrancá, lo que llamó la atención para quienes estuvieron cerca, es que Pérez Dayán, lo que leyó ante el Pleno lo llevaba en una libreta de hojas amarillas y no en un dictamen en forma, como generalmente se acostumbra en estos procesos, lo importante, parece, era fijar su postura, ya todos sabemos en qué terminó.
Regresan los Hackathones
Al cumplir sus primeros treinta años en el mercado nacional de tecnologías de la información, la empresa mexicana Ultrasist que encabeza Julia Orozco Mendoza impulsa nuevamente su iniciativa llamada Hackathon que cierra convocatoria el 11 de noviembre, en la que recibe de sus propios desarrolladores proyectos para implementar herramientas para la solución de problemas informáticos de todo tipo: chatbots de atención a clientes y necesidades específicas, modelos de predicción de problemas con base en análisis de datos, esto permite a la empresa, que es socia de la referente mundial ILINK, tener siempre ideas frescas. Ya veremos que iniciativas nacen.
Por lo pronto, la moneda está en el aire.