Qué pensaría usted si en un vuelo privado hubiera funcionarios públicos, un empresario teatral muy beneficiado por el gobierno y uno de los dueños de medios de comunicación más importantes del país, con 35 mil dólares en efectivo sin declarar, que van a la boda de otros dos funcionarios públicos, uno de ellos el más poderoso verdugo fiscal del presidente y la otra una consejera electoral del INE, quienes, sin ningún motivo relevante aparente, organizan su boda en otro país. Suena a que la mafia del poder se fue de fiesta, ¿no?
Al principio se dijo que eran 25 mil dólares y que los traía la ahora exsecretaria de Turismo de la CDMX, Paola Ortiz, de quien entendemos por la escueta nota emitida por el gobierno capitalino, fue separada de su cargo por falta de compromiso a “los principios de austeridad republicana”. En otras palabras, la corrieron por haber volado en un avión privado, pero la eximieron de llevar el dinero en efectivo a la boda.
Así que si no era la funcionaria pública la que llevaba el dinero, tampoco hubiera sido conveniente que el empresario encargado del desfile de Día de Muertos, que costó más de 15 millones de pesos, Alejandro Gou Boy, fuese el que transportaba los 35 mil dólares a la boda Santiago Nieto. Por lo que se necesitaba alguien que pudiera justificar una procedencia lícita de los poco más 700 mil pesos, a los que equivale esta cantidad y que pudiera fácilmente inventar un pretexto para llevarlos a Estados Unidos, esto para tener una historia más ‘creíble’ de por qué llevan dólares a Guatemala.
Al final fue Juan Francisco Ealy Ortiz, dueño de El Universal, uno de los medios de comunicación más importantes del país, quien dijo que el dinero era suyo y por medio de su periódico explicó que este recurso no lo llevaba él sino su asistente, y que era para pagar un tratamiento médico en EU, país al que se iría al terminar la boda. Además, afirmó que en México sí declaró esta cantidad pero que ‘alguien’ de la autoridad fiscal en el aeropuerto olvidó avisarles a sus pares en Guatemala que lo llevaba y que su asistente olvidó declarar en el vecino país el monto que llevaba. Ósea que la culpa es de la asistente de Ealy Ortiz y de las autoridades fiscales de México por olvidadizos. Aparentemente, este magnate de los medios prefiere pagar a sus doctores con dinero que guarda en el colchón, que hacerlo con su tarjeta de crédito. ¡Vaya maroma!
Todo este asunto olía tan fuerte a boda de ‘la mafia del poder’ que al final hasta el novio se quedó sin trabajo. Santiago Nieto, uno de los que creíamos intocables de la 4T, perdió uno de los puestos con más poder en el actual gobierno debido a este escándalo. Por cierto, la boda estuvo llena de funcionarios públicos y políticos a los que incluso se les trasladó en helicóptero hasta el lugar de la fiesta, se habló de que hubo hospedaje, comida y bebida de lujo para todos los invitados, lo bueno es que no la hizo en México, donde vivimos en austeridad republicana.
El tema llegó en el peor momento, la 4T se había mantenido invicta controlando la opinión pública por varias semanas con temas como el arresto de Emilio Lozoya, la amenaza de cárcel a Ricardo Anaya, el ataque a Bimbo y OXXO por usar energías limpias, y sobre todo los temas de esta semana, con la presencia de AMLO en Estados Unidos y las Naciones Unidas, lugar en el que dio el martillazo en la apertura del Consejo de Seguridad, dode fue hablar de sus logros ante el mundo y pedir a Biden la legalización de 11 millones de mexicanos migrantes. Además, en una nueva e inverosímil coincidencia, una jueza en Miami anunció que el huido exgobernador de Chihuahua, César Duarte, podría ser extraditado a México para ser juzgado. Puros home run traía López Obrador esta semana y este tema eclipsó estos logros, por lo que en menos de 14 horas se aceptó la renuncia de Santiago Nieto para darle carpetazo a este nuevo escándalo.
En otras latitudes digitales.
Siguen sin llegar las medicinas y las quimios para los niños con cáncer, esta omisión está costando vidas inocentes sin que hasta ahora haya consecuencias para los que llevan la sangre de estos niños en sus manos.