Esta semana la Junta de Gobierno de Banxico volverá a reunirse para definir una nueva decisión de política monetaria. Para nadie será una sorpresa que la mayoría de los miembros vuelva a votar por un incremento en la tasa de fondeo a un día -basta reconocer la persistencia de las presiones inflacionarias y su impacto sobre las expectativas de corto y mediano plazos. En este contexto, la discusión entre los participantes en los mercados financieros ha tendido a focalizarse en la posibilidad de que el ritmo de alzas sea modificado desde el hasta ahora mantenido en 25 puntos base (pb) hasta 50pb. Tal discusión es entendible a la luz de las circunstancias inflacionarias mencionadas. No obstante, considero que, en este punto, la decisión entre 25 o 50 puntos base no debería ser la pregunta más relevante para los mercados.
En la minuta de la anterior reunión de política monetaria (11 de noviembre de 2021) fue clara la preocupación de la mayoría de los miembros de la Junta respecto a las vigentes presiones inflacionarias y las reflexiones acerca de la conveniencia de responder con alzas en la tasa de referencia en mayor magnitud. Desde mi lectura, identifico tres tipos de posturas entre los miembros de la Junta de Gobierno.
Por un parte, leo a dos miembros con una posición muy institucional apegada a un perfil gradual -afín al mantenimiento de un esfuerzo de ajuste de las condiciones monetarias de 25 en 25 puntos base.
Por otro lado, identifico a otro miembro dispuesto a votar por un alza de 50 pb pero sin una intención explicita de que una decisión así se traduzca en un ajuste en las condiciones monetarias mucho más ambicioso. En la misma línea ubico a otro elemento, pero con una convicción más débil y con mayores preocupaciones por las diversas implicaciones de la política monetaria.
En un tercer grupo ubico a un Subgobernador en solitario, de alguna forma atorado en una posición acorde con el mantenimiento de la tasa de interés de referencia sin cambio.
Desde luego, desde la última reunión a la fecha, la inflación ha seguido sorprendiendo al alza y es por esto por lo que los escenarios de alza de 50pb han sido cada vez más sonoros.
Así, si las opiniones arriba descritas se mantuvieran sin cambio, resultaría muy probable la opción de los 25 puntos base, ya sea por ejercicio de voto de calidad por parte del Gobernador Diaz de León o por voto del Subgobernador Esquivel por un incremento de 25pb. De otra forma, con tan solo un miembro de la Junta migrando hacia el territorio de los 50pb, ésta podría convertirse en la decisión de la mayoría.
No obstante, creo que la pregunta más importante, más allá de si la tasa es elevada en 25 o 50 puntos base, es si los participantes en los mercados deberían modificar su expectativa de alcance del esfuerzo de ajuste en las condiciones monetarias.
En mi opinión, el cambio hacia un perfil más agresivo de acción de política monetaria (que llevaría automáticamente a anticipar más incrementos por la misma magnitud en las reuniones siguientes) no debería traducirse en automático en un escenario de ajuste total más agresivo.
La razón de lo anterior se fundamentaría en la naturaleza del actual choque inflacionario (fundamentalmente de oferta), la expectativa de normalización de la Reserva Federal y el esfuerzo necesario para mantener un diferencial relativamente estable y los riesgos palpables de un magro desempeño económico local -del cual ya ha venido dando cuenta la desaceleración en el ritmo de recuperación de la Economía Mexicana.
Joel Virgen es economista del sector financiero con sede en Nueva York, EUA. Sus opiniones son a título propio y no necesariamente representan las de alguna institución financiera internacional.