Entorno Económico

Inflación a la baja pero…

Lo que estamos a punto de presenciar es un proceso desinflacionario, lo cual no sería igual a uno deflacionario.

Comienzan a aparecer señales alentadoras en relación con un descenso en las inflaciones en distintas latitudes. El fenómeno es algo heterogéneo en términos de tiempos y magnitudes, pero similar en términos de que no sólo se debe a los grupos de precios usualmente volátiles como los alimentos frescos, sino algunos más ligados al ciclo económico como parte de los grupos de mercancías y los servicios. Lo que sucede es prometedor, sin embargo, conviene tener los pies sobre la tierra y tener claro lo que se puede esperar. En este tono, hago a continuación referencia a cuatro consideraciones que creo son relevantes para matizar las potenciales buenas noticias respecto a los procesos inflacionarios alrededor del mundo.

Primero. Para muchos será obvio, para otros no tanto. Vale la pena recordar que hay varias formas de expresar la inflación, ya sea mensual o anual, pero ambas son cambios porcentuales en precios. Es decir, miden la velocidad a la que crecen los precios. Considerando lo anterior, el hecho de que la inflación descienda no implica que los precios caerán de manera generalizada. De hecho, el descenso en la inflación reflejará en buena medida un menor ritmo de incremento en precios. Lo anterior nos lleva al siguiente punto.

Segundo. Lo que estamos a punto de presenciar es un proceso desinflacionario, lo cual no sería igual a uno deflacionario. El primero se entiende como un proceso de desaceleración sostenida y generalizada en el ritmo de crecimiento de los precios de bienes y servicios. El segundo se referiría a una caída sostenida y generalizada en precios, lo cual no forma parte del escenario proyectado para el presente año.

Tercero. Los descensos en inflación parecen presentarse en muchos casos alrededor de la transición del año. Es decir, han sido o serán evidentes en los datos de los primeros meses del año. No obstante, es justo aclarar que si se trata de cifras de inflación anual (que miden el cambio porcentual en los precios entre un mes determinado y el mismo del año anterior), la base de comparación anual puede ser determinante en observar una inflación más baja.

Por ejemplo, si una determinada economía venía observando hace un año un empinado incremento en su índice de precios al consumidor, el comparativo anual podría ser favorable a observar una tasa de inflación menor este año en el mismo mes. Es decir, un componente aritmético o de base de comparación (anual) estadística es relevante.

Cuarto y último. Seamos pacientes. La inflación suele ser un fenómeno no lineal. Es decir, que no es lo mismo el proceso de revisión de precios al alza como resultado de un traspaso de costos desde productores hacia consumidores, que el proceso contrario. El primero suele ser más acelerado, sobre todo si las condiciones económicas lo permiten (tiempos de vacas gordas). No obstante, a mismas condiciones, los productores suelen estar menos urgidos de reflejar menores costos en los precios de sus bienes finales a la hora de llegar a los anaqueles de los consumidores.

Con esto en mente, veamos el proceso desinflacionario transcurrir de manera gradual y a distintos ritmos y tiempos alrededor del mundo. Claro, quedan todavía abiertas muchas preguntas. Quizás la principal sea: ¿existen las condiciones para que las inflaciones regresen a sus ritmos promedio prepandemia?

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