Parteaguas

El ‘cisne’ que dejarán a quien venga al Banxico

El próximo gobernador del Banco de México deberá lidiar con un problema: los bancos se contagian rápidamente de los daños causados por el cambio climático.

Le quedan menos de siete meses en el cargo. No hay modo de que lo resuelva Alejandro Díaz de León, pero el gobernador que venga en su lugar al Banco de México (Banxico) deberá lidiar con un problema: los bancos se contagian rápidamente del ‘cisne verde’.

Ayer, el actual líder de la institución participó durante la mañana en la conferencia virtual que versó sobre el tema a la que le convocaron el FMI, el Banco de Francia, y el Banco de Pagos Internacionales (BIS), que comanda Agustín Carstens.

Le preguntaron su opinión justamente sobre el rápido contagio de los daños del cambio climático a las instituciones financieras, ese ‘cisne verde’ que pocos vieron venir y que a decir del mismo Díaz de León cambió y aumenta los riesgos que tradicionalmente observa la institución que representa.

Es un asunto que permanece casi fuera del radar de México, pese a que sus repercusiones son estridentes desde el mes pasado, particularmente en Estados Unidos. Vean solamente lo que ocurrió este miércoles en Exxon.

Ayer, el ala ‘radical’ ambientalista de dueños o accionistas de la compañía logró subir a un consejero más a la mesa más importante de la compañía. Ahora los miembros vinculados con el fondo Engine Number 1, apoyados por BlackRock, conforman una cuarta parte del total de consejeros y apuntan a proyectos que pretenden detener o reducir las emisiones de carbono a las que está expuesto el planeta.

Paralelamente, la empresa anunció esta semana el aceleramiento de la construcción de infraestructura para capturar y enterrar bajo la superficie toneladas de CO2 que flotan en el aire.

Este puede ser un ejemplo de lo que en el BIS llaman ‘los precios del carbono’.

Estos representan sólo una de las cuatro dimensiones por las que ya impacta indirectamente el calentamiento global las cuentas de las instituciones financieras, de acuerdo con Díaz de León.

Pagar la nueva infraestructura en Exxon o desembolsar lo correspondiente a castigos por emitir carbono es una tendencia que no parece tener freno y que por el contrario, escala.

Las otras tres dimensiones señaladas ayer por el líder del Banxico como impactos del ‘cisne verde’ son la reasignación de flujos de capital; las dificultades financieras; y el cambio en las ventajas comerciales internacionales.

Los casos abundan. Ayer también, el Banco de México publicó su reporte trimestral en el cual reveló que el flujo operativo de la CFE cayó por el alza en los costos de generación asociada al aumento en el precio del gas importado, por la contingencia climática ocurrida en Texas hace unas semanas.

Díaz de León hizo lo que pudo este miércoles por llamar la atención de un público atento a las oportunidades que este cambio sistémico brinda a inversionistas.

Alertó a estadounidenses y europeos sobre las ventajas de invertir en naciones emergentes por encima de países desarrollados en donde parecen enfocarse en este momento las apuestas. Los países emergentes ofrecen, dijo, una dimensión mayor de impacto a cada proyecto.

¿A qué se refiere Díaz de León? Posiblemente a un nuevo modelo de activos para los que en esta intención por colorearlo todo, llamaron ayer ‘infraestructura azul’, posiblemente como las ‘aspiradoras’ gigantes de Exxon para la captura de carbono, o bien, la recuperación ambiental de zonas afectadas por la desertificación, como la provocada por mineras o cementeras que a su paso dejan canteras devastadas y vacías.

¿Pero de dónde saldrá el dinero para hacerlo de manera urgente, como es necesario a decir de los congregados ayer en la Conferencia Virtual del Cisne Verde 2021?

Puede proceder del capital de la empresa como en el caso de las petroleras o del precio que de un modo o de otro pagarán las empresas y la gente por contaminar.

Ayer, Kristalina Georgieva advirtió que sobre aviso no hay engaño:

“Hay tres formas de fijar el precio del carbono: impuestos, comercio, y regulaciones, que crean un equivalente al precio del carbono. Queremos hacer un cobertizo más grande para que todos entren, y no hay tiempo que perder” expresó la directora general del Fondo Monetario Internacional.

La presión para seguir al FMI recaerá en el próximo gobernador del Banco de México, quien quiera que sea.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

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